Un estudio reciente encontró que las mujeres que habían dado a luz por cesárea tenían menos riesgo de tener problemas del piso pélvico que las que habían dado a luz por vía vaginal.
Un parto vaginal puede debilitar los músculos, ligamentos y tejidos de la parte más baja de la pelvis.
Para obtener más información, los investigadores siguieron a 1.500 madres primerizas durante nueve años.
Los partos vaginales pueden debilitar la región pélvica al estirarla y desgarrarla. Las cesáreas se hacen a través del abdomen y causan menos daño.
Los problemas del piso pélvico pueden causar pérdida de orina al reír, toser o estornudar, o pueden debilitar el apoyo de las paredes vaginales y causar problemas para evacuar los intestinos.
Según las investigaciones financiadas por los Institutos Nacionales de la Salud, casi una de cada cuatro mujeres tiene algún tipo de problema del piso pélvico. La obesidad, el envejecimiento y los problemas médicos crónicos también pueden contribuir a estos problemas.