¿Podrían ser útiles nuestras propias bacterias para el tratamiento del cáncer?
Tal vez, dicen los investigadores financiados en parte por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los EE. UU. (NIAID, por sus siglas en inglés).
Los antibióticos son fundamentales para prevenir las infecciones bacterianas graves y potencialmente mortales en pacientes que reciben tratamiento de cáncer. Sin embargo, los antibióticos también destruyen las bacterias "buenas", que previenen las infecciones y aumentan las defensas del cuerpo.
Los investigadores descubrieron que los trasplantes de la microbiota fecal (TMF) son una nueva forma de reponer las bacterias "buenas" en pacientes con cáncer que necesitan un trasplante de células madre.
El proceso, que utiliza las propias heces del paciente, se conoce como trasplante autólogo de la microbiota fecal, y si abrevia auto-TMF. Antes del trasplante de células madre, las heces del paciente se congelan y se vuelven a introducir una vez que el trasplante está estable, con el objetivo de reponer las bacterias beneficiosas en el intestino.
Aunque esto pueda parecer extraño, ha tenido resultados prometedores.
En los pacientes que recibieron un autotrasplante de la microbiota fecal, las bacterias intestinales beneficiosas volvieron a niveles casi normales en pocos días. Con los tratamientos más convencionales, esto puede llevar varias semanas.
"Este importante estudio sugiere que las intervenciones clínicas con auto-TMF tal vez puedan revertir de manera segura los efectos perjudiciales del tratamiento con antibióticos de amplio espectro (que actúan contra una amplia gama de bacterias)", dice el Dr. Anthony S. Fauci, director del NIAID. "Si los resultados se confirman en estudios más amplios, este enfoque podría ser una forma relativamente simple de restaurar rápidamente el microbioma sano de una persona".