Gracias a la nueva investigación, los niños con rabdomiosarcoma (RMS), un cáncer infantil poco común, podrán recibir un tratamiento más dirigido.
El RMS infantil es un cáncer de los tejidos blandos, como los músculos y los tendones. Representa alrededor del 3% de todos los cánceres pediátricos. La mayoría de los casos de RMS se diagnostican en niños y adolescentes, más de la mitad en menores de 10 años.
Científicos del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) y del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres examinaron el ADN de los tumores de 641 niños con RMS. Habían estado inscritos en varios estudios clínicos durante 20 años.
Los científicos buscaron mutaciones genéticas que pudieran ayudar a predecir la respuesta al tratamiento de los niños con RMS. Encontraron mutaciones en varios genes que parecen estar relacionadas con una forma más agresiva de la enfermedad y con una menor probabilidad de supervivencia.
"Estos descubrimientos cambian lo que hacemos con estos pacientes. Dan lugar a una gran cantidad de investigaciones realmente importantes para encontrar terapias dirigidas nuevas a estas mutaciones", dijo el Dr. Javed Khan, de la rama de genética del NCI, quien dirigió el estudio.
El tratamiento convencional para el RMS consiste en un año de quimioterapia, radioterapia y cirugía. Eso significa que los niños con este cáncer reciben muchos tratamientos tóxicos, dijo el coautor del estudio, el Dr. Jack Shern, de la rama de Oncología Pediátrica del NCI.
"Si logramos predecir a quién le va a ir bien y a quién no, entonces podremos empezar a personalizar nuestros tratamientos y a descartar los que no serán eficaces en un paciente específico", explicó el Dr. Shern. "Esto nos permite pensar en nuevas formas de tratar a los niños en los que el tratamiento no será exitoso".
Las pruebas genéticas tumorales de rutina son parte del tratamiento convencional de los cánceres más comunes, como el de seno. Los investigadores esperan que pronto sea así para los cánceres poco comunes, como el RMS.