A Sylvia Granados-Maready le diagnosticaron asma al nacer. Hasta el día de hoy, Sylvia vive con asma sin dejar que la enfermedad la defina.
"He tenido asma toda la vida", dice. "Si tienes esa ventaja competitiva, acéptala pero reconoce tus límites."
Sylvia sacó a relucir sus ambiciones competitivas participando en deportes en high school.
Aunque la enfermedad era menos grave durante su adolescencia, hubo momentos en que fue difícil. A veces tenía que dejar de practicar deportes o detenerse para usar el inhalador en la clase de gimnasia.
A pesar de que es una ávida nadadora, una vez tuvo que detenerse en la mitad del carril de la piscina durante una competencia porque tenía dificultad para respirar. Tener asma es muy difícil emocionalmente. "Detestaba tener asma", dijo. "Es una enfermedad invisible, pero uno sabe que la tiene".
Los síntomas del asma de Sylvia han empeorado; algunas actividades físicas son mucho más difíciles que antes. Apenas se siente motivada para seguir yendo al gimnasio.
"Hay que aprender a quererse a pesar del asma. Tenemos que darnos cuenta de que con o sin la enfermedad, tenemos un futuro".
- Sylvia Granados-Maready
"Algunas personas se sienten muy acomplejadas por su cuerpo cuando van al gimnasio", comenta. "Yo simplemente me pregunto si puedo seguirle el ritmo a la persona que corre a mi lado."
Para tratar sus síntomas, que empeoran en la primavera y el invierno, usa dos medicamentos. El primero es un broncodilatador, que le abre las vías respiratorias y le relaja los músculos. Se lo administra con un nebulizador y un inhalador según sea necesario. También toma un esteroide diariamente a través de un inhalador.
Sylvia dio a luz a su primer hijo en abril y el asma le causó algunos problemas durante el embarazo. En el tercer trimestre tuvo dificultad para respirar al hacer actividades cotidianas como subir escaleras. El asma lo empeoró.
Dar a luz también fue más complicado. Por suerte, sus médicos sabían que tenía asma y estaban listos para los posibles problemas. "Durante el parto, empecé a tener un ataque de asma", recuerda. "Era demasiado esfuerzo y mucha presión." Tuvieron que ponerle una mascarilla de oxígeno para que pudiera respirar.
Aunque el asma la ha afectado en algunas cosas de la vida, como dar a luz, Sylvia sigue siendo optimista.
Dice, "Hay que aprender a quererse a pesar del asma. Tenemos que darnos cuenta de que con o sin la enfermedad, tenemos un futuro."