En primer lugar, ¡dé gracias por haberse hecho un mamograma!
El cáncer de mama es el segundo tipo más común de cáncer en las mujeres en los Estados Unidos y un mamograma, que es una radiografía del seno, es una de las mejores formas de detectarlo. Hacerse mamogramas en las fechas recomendadas, aunque usted no tenga síntomas, es la clave para detectar temprano el cáncer de mama.
La detección temprana del cáncer significa que usted tendrá opciones de tratamiento más efectivo y mejores resultados. Las mujeres de 50 a 69 años que se hacen mamogramas tienen una menor probabilidad de morir de cáncer de mama que quienes no se hacen esos exámenes.
En segundo lugar, hágase los exámenes de seguimiento recomendados por su médico
Los médicos describen como “anormal” un mamograma que muestra que algo ha cambiado en el seno. Para averiguar la causa de los cambios, su proveedor de atención de salud puede recomendarle exámenes de diagnóstico. Estos son análisis por imágenes como un ultrasonido o una exploración mediante toma de imágenes por resonancia magnética (MRI por sus siglas en inglés).
El médico también puede ordenarle una biopsia del seno. Una biopsia es un procedimiento en el cual se toma una pequeña muestra de células, líquidos o tejido y se examina bajo el microscopio. Ese análisis se hace en un consultorio médico, una clínica o un hospital (pero usted puede volver a casa el mismo día).
En tercer lugar, no entre en pánico
A menos de 10% de las mujeres se les pide que regresen a hacerse más análisis después de que el mamograma indica que tienen cáncer de mama. Pero si su mamograma es anormal, es importante determinar qué está sucediendo dentro de su cuerpo.
Los cambios en el seno se producen por varias razones, incluso por protuberancias y secreción o ciertas manifestaciones en la piel de los pezones (como picazón, enrojecimiento o hundimiento). Estas variaciones pueden suceder durante la vida por razones distintas del cáncer tales como las siguientes:
• Antes de la menstruación o durante esta última (si la tiene), es posible que tenga dolor, inflamación o sensibilidad de los senos. Puede tener protuberancias antes de la menstruación por causa de la acumulación de líquido extra en los senos.
• Durante el embarazo, puede sentir protuberancias en los senos por un aumento del número y del tamaño de las glándulas productoras de leche.
• Al acercarse a la menopausia (durante el período llamado perimenopausia), cambian sus concentraciones hormonales, lo cual puede causarle sensibilidad o protuberancias en los senos.
• Si toma hormonas (como terapia de sustitución hormonal, píldoras anticonceptivas o inyecciones), es posible que aumente la densidad de los senos. Esto puede dificultar la interpretación del mamograma.
• Después de la menopausia, sus concentraciones hormonales bajan y es posible que ya no tenga protuberancias, dolor ni secreción de los pezones.
Aunque no haya llegado la fecha de hacerse un mamograma, hable con su médico sobre los cambios de los senos a medida que ocurran.
En qué consiste un mamograma
Un mamograma es un examen de detección de cáncer de mama en el que se toma una radiografía de los senos. Durante un mamograma, la paciente se desviste de la cintura para arriba y coloca un seno a la vez sobre una superficie plana que tiene una placa de rayos X. Luego una máquina llamada compresor presiona el seno para aplanarlo. La máquina repite ese paso desde diferentes ángulos para que el radiólogo pueda ver con más claridad la parte interior del seno. Este examen puede ser incómodo si el compresor está frío o si presiona el seno firmemente.
En cuarto lugar, tenga presente que hay otras cosas que pueden aparecer en un mamograma
Hay varias afecciones benignas (no cancerosas) de los senos que pueden verse en un mamograma. A continuación, se presentan algunas:
• Adenosis. Esta es una protuberancia causada por aumento del tamaño de los lóbulos mamarios (las glándulas que producen la leche materna).
• Quistes. Estos son cavidades formadas por tejido llenas de líquido, que pueden ser dolorosas antes de la menstruación.
• Bloqueo de los conductos mamarios. Si se infecta un conducto mamario bloqueado, usted puede sentir que tiene una protuberancia debajo del pezón.
• Hematoma. Ocurre cuando hay coágulos de sangre bajo la piel. Puede causar una protuberancia, fiebre o inflamación del seno.
• Lipoma. Este es un tumor benigno formado por células grasas y, por lo general, es blando y no duele.
También existen algunas afecciones benignas de los senos que no son cancerosas pero que pueden aumentar el riesgo de cáncer:
• Fibroadenomas complejos. Son tumores benignos que suelen formarse en el seno y tienen tejido fibroso y glandular.
• Múltiples papilomas intraductales mamarios (también llamados papilomas intraductales). Causan formaciones similares a verrugas en el conducto mamario.
• Cicatrices radiales (también llamadas lesiones esclerosantes complejas). Estas son tejido benigno con apariencia de cicatriz al examinarlas bajo el microscopio.
• Adenosis esclerosante. Esta afección puede causar formación de tejido fibroso similar a una cicatriz en los lóbulos mamarios.
Se puede obtener más información sobre las afecciones y los cambios mamarios en esta guía del Instituto Nacional del Cáncer, disponible en línea y descargable en formato PDF.
Si le hacen exámenes de seguimiento después de tener un mamograma anormal, hable con el médico sobre los resultados. Aunque usted no tenga cáncer de mama, el médico puede recomendarle que se haga el próximo mamograma en una fecha más específica que la recomendada en las directrices generales, que es cada dos años para las mujeres de 40 a 74 años. Es importante mantenerse al día con la atención preventiva para poder tener una vida más larga y sana.
Quién debe examinarse
En general, se recomienda que las mujeres de 40 a 74 años se hagan un mamograma cada dos años. Sin embargo, hable con su proveedor de atención de salud sobre su riesgo individual de tener cáncer de mama y si es conveniente que usted se haga un examen de detección. A algunas pacientes con mayor riesgo de cáncer de mama se les puede hacer una exploración mediante toma de imágenes por resonancia magnética (MRI por sus siglas en inglés), además de un mamograma. Los hombres también pueden tener cáncer de mama, aunque es mucho más raro y más común en quienes tienen de 60 a 70 años. No hay recomendaciones específicas sobre exámenes de detección para el cáncer de mama masculino, pero los hombres deben hablar con el médico si notan algo que no es habitual.