Con la cirugía de reemplazo total de rodilla, los investigadores están buscando más que reducir el dolor. Esperan que los pacientes vuelvan al mismo nivel de actividad que tenían antes de la cirugía, como participar en deportes y hasta correr maratones.
"A la gente le gustaría volver a correr largas distancias o a ser atletas de alto rendimiento", dijo el cirujano ortopédico Dr. Joshua J. Jacobs. El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS, por sus siglas en inglés) de los Institutos Nacionales de la Salud apoya la investigación del Dr. Jacobs.
"En la comunidad de investigación queremos encontrar maneras de mejorar las prótesis cada vez más".
- Dr. Joshua J. Jacobs
La cirugía consiste en reemplazar las superficies de carga de la articulación de la rodilla. Los pacientes que suelen someterse a esta cirugía tienen artritis en las rodillas. En los Estados Unidos, la artritis afecta a unos 54,4 millones de adultos. Esta afección ausa inflamación, dolor, hinchazón y rigidez de las articulaciones.
"Con la tecnología actual, las operaciones de reemplazo total de rodilla son efectivas para reducir el dolor y mejorar el funcionamiento. Sin embargo, todavía falta para que podamos asegurarles a los pacientes que esta operación puede permitir los niveles extremos de actividad que son posibles con una articulación sana", dijo el Dr. Jacobs, que trabaja en el Rush University Medical Center de Chicago.
La mejora de las prótesis de rodilla
Un avance importante sería hacer que las prótesis duraran más tiempo. Actualmente, la superficie de la articulación artificial se desgasta después de 15 a 20 años. Los médicos retrasan la cirugía porque las prótesis tienen una vida útil limitada.
A pesar del nombre, el reemplazo total de rodilla no reemplaza toda la articulación de la rodilla. Los médicos colocan una articulación artificial (implante o prótesis), hecha de diferentes partes sintéticas.
Las articulaciones artificiales (prótesis) se fabrican con una mezcla de metal, cerámica o plástico. Están diseñadas para que ciertos materiales, como el metal, estén siempre en contacto con otros, por ejemplo, el plástico. Esto produce un movimiento más suave y menos desgaste de la prótesis.
Aunque los materiales de las prótesis han mejorado desde que empezaron a hacerse operaciones de reemplazo de rodilla hace más de 50 años, el Dr. Jacobs y sus colegas se esfuerzan por lograr más mejoras.
Se están explorando nuevas combinaciones de materiales. El Dr. Jacobs está investigando la manera en que las superficies o los materiales de las prótesis liberan diferentes tipos de residuos del hueso o del tejido natural del paciente. Los materiales con menos impacto en el cuerpo podrían mejorar las prótesis.
"Esa interacción es bastante importante. En muchos casos, es lo que determina los resultados de una reconstrucción articular y cuánto tiempo funcionará la prótesis en una persona", explica el Dr. Jacobs.
"En la comunidad de investigación queremos encontrar una manera de mejorar las prótesis para que duren más y permitan el funcionamiento que nuestros pacientes buscan", dijo el Dr. Jacobs.
El tratamiento no termina con la cirugía
El éxito del implante también depende del trabajo de la persona después de la cirugía. La recuperación y la actividad física continua son fundamentales para el éxito duradero del reemplazo de rodilla.
En un estudio clínico realizado con el apoyo del Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, la Dra. Elena Losina y su equipo analizaron cómo la actividad física puede mejorar los resultados de un reemplazo total de rodilla.
"Muchos investigadores notaron que las personas que se quejaban de mucho dolor antes de la cirugía estaban muy agradecidas de que el dolor hubiera desaparecido", dijo la Dra. Losina, del Brigham and Women's Hospital, en Boston. "Pero lo que otros investigadores notaron fue que, aunque el dolor desaparecía, las personas no eran más activas físicamente".
Su estudio clínico utilizó apoyo individual y recompensas de dinero para que 200 pacientes hicieran más actividad física después de la cirugía. Para medir el progreso, los pacientes usaron rastreadores de actividad y mandaron información clave en tiempo real.
El estudio ayudó a los pacientes a comprender la influencia de la actividad física en la recuperación a largo plazo. El dinero les ofreció un estímulo inmediato para estar activos.
"Descubrimos que la intervención conjunta, que incluye apoyo individual, entrevistas motivacionales e incentivos financieros, mejora considerablemente la cantidad de pasos que los beneficiarios de la cirugía daban diariamente y el número total de minutos de actividad física que hacían", dijo la Dra. Losina.
Para aquellos a quienes el médico les aconseja que podrían necesitar una cirugía de reemplazo total de rodilla, el Dr. Jacobs dice que el primer paso es hablar con un cirujano o un especialista ortopédico.
"Es necesario que un profesional de la salud haga la evaluación para que pueda diagnosticar dónde está con su dolor", dijo.