La psoriasis ha sido una presencia permanente en la vida de Brian LaFoy. Su padre y su abuela paterna tienen la enfermedad. Él notó los signos y síntomas en su propio cuerpo al cumplir los 20 años.
"Empezó como psoriasis en placas en el ombligo y luego me salieron unas placas en el cuero cabelludo", recuerda LaFoy, un ingeniero civil de 46 años, de Plano, Texas. Al principio no me diagnosticaron psoriasis. Pensaron que era caspa y otras cosas". Tardaron un año en dar con el diagnóstico correcto.
Las opciones de tratamiento
Las experiencias de su padre con los tratamientos de la psoriasis lo llevaron a ser cauteloso al considerar sus opciones de tratamiento.
"Antes no sabían tanto como ahora", dice. "Mi padre tomó medicamentos que afectaron mucho su salud por un tiempo y casi lo matan.
"Eso me llevó a evitar los remedios que se toman por boca o inyección", recuerda LaFoy. "Por muchos años lo único que hice fue aplicarme cremas en la piel. Habiendo visto lo que le pasó a mi papá, era lo único que usaba. Probé prácticamente todas las cremas que había".
Calidad de vida
Cuando tenía unos 35 años, la enfermedad de LaFoy se había convertido en psoriasis en placa grave. La tenía en las orejas, en el cuero cabelludo, en el pecho, en las rodillas, en los pies y en otras partes del cuerpo. También empezó a tener síntomas de artritis psoriásica, que produce inflamación de las articulaciones, un síntoma de la artritis y las placas que son comunes en la psoriasis.
"Se convirtió en una cuestión de calidad de vida para mí", dice LaFoy. "La artritis era tan grave que no podía usar la mano derecha. Fue entonces que decidí probar los productos biológicos. Hace unos ocho años que uso etanercept. En mi caso, es una inyección semanal. He mejorado un 95 por ciento y ahora puedo vivir con la psoriasis. Todavía me duele todos los días y en ciertas partes del cuerpo tengo placas. "Pero estoy mucho mejor de lo que estaba antes de usar los productos biológicos".
LaFoy es un miembro activo de la Fundación Nacional para la Psoriasis y mentor de otros pacientes a nivel nacional.
¿Qué consejo tiene para las personas con psoriasis?
"Comprenda su cuerpo y trate de conseguir la ayuda adecuada cuando la necesita y lo antes posible", recomienda. "Muchos pacientes tardan demasiado en recibir el diagnóstico correcto. Muy pocos médicos se especializan en esta enfermedad. Afortunadamente, yo tengo uno ahora".
LaFoy, que ahora tiene su propia familia, no ha permitido que la psoriasis frene su estilo de vida activo. Juega al fútbol y al hockey sobre hielo, y le gusta el snowboarding, el esquí acuático sobre tabla y el buceo. Sin embargo, dice que su verdadera pasión es el surf y pasa todo el tiempo que puede en las costas de Florida y California.
"La clave es no dejar que la enfermedad te afecte. Estar activo y hacer lo que me gusta es lo que me define. Cueste lo que cueste, acepto el reto. Soy uno de los afortunados".