Cuando Marty Katz regresó de unas vacaciones en Puerto Vallarta, México, en abril de 2017, no se sentía bien. Tenía diarrea y se sentía cansado. Al principio pensó que era algo que había comido o que era algo relacionado con el viaje. Pero resultó ser algo mucho más serio.
"A veces, apenas podía levantarme de la cama para ir al baño. Era muy debilitante".
"Volvía a casa después de viajar durante todo el día, estaba cansado y mi único síntoma era la diarrea. Pero la cosa empeoró en los días siguientes. Me empecé a sentir más débil, tenía diarrea casi todo el tiempo, mis heces se volvieron muy oscuras y no tenía nada de apetito", dijo Marty, que tiene 76 años. Llamó a su gastroenterólogo, le explicó los síntomas y al día siguiente fue a hacerse análisis.
"A veces, apenas podía levantarme de la cama para ir al baño", dijo Marty. "Era muy debilitante".
Después de hacerle análisis de sangre, análisis de heces y una sigmoidoscopia, un procedimiento que permite ver el interior del colon y el recto usando un tubo flexible, el gastroenterólogo de Marty confirmó que había contraído una infección por Clostridium difficile (C. difficile).
El médico le había recetado dos antibióticos para una infección respiratoria antes de su viaje a México. Esta combinación, dedujo el gastroenterólogo de Marty, había facilitado la infección por C. difficile. Inmediatamente le suspendió los dos antibióticos que tomaba. Luego le recetó otro antibiótico específico para el C. difficile, y un probiótico para prevenir más complicaciones.
"Controlar la infección llevó de siete a diez días", dijo Marty. "Mi gastroenterólogo me advirtió que la infección podía reaparecer, así que todavía tomo probióticos y he estado bien".
Aunque muchos pacientes con C. difficile tienen que ser hospitalizados, Marty pudo ir a su casa. Su prometida, Judi, cuidó de él 24/7. Judi viajó desde Filadelfia, donde vivía en aquel entonces, para quedarse con Marty en su casa, en Hilton Head, Carolina del Sur.
"Regresamos de México un martes y como yo estaba tan enfermo, para el sábado Judi ya había venido a Carolina del Sur", recordó Marty. Además de cuidar a Marty, Judi mantuvo todo lo más limpio posible para evitar que el C. difficile se propagara, ya que es muy contagioso.
Aunque Marty no sabía mucho sobre el C. difficile antes de infectarse el año pasado, tiene experiencia con los microorganismos. "Mi formación es en microbiología. Trabajé 35 años para la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) como biólogo y antes de eso, como biólogo investigador para la Marina de los Estados Unidos", explicó.
El mensaje de Marty para quienes crean que podrían haberse infectado con C. difficile es ver al médico o profesional de la salud lo más pronto posible. "Si tiene una diarrea constante y negra, vea a un médico de inmediato", recomendó Marty. "Es importante que lo diagnostiquen lo antes posible".
Ahora que se ha recuperado, Marty y Judi pueden dedicarse a planificar la boda y prepararse para la vida conyugal en dos ciudades: Filadelfia en los meses más cálidos y Hilton Head en el invierno.