Es posible que cuando los adultos mayores y las personas con enfermedades terminales están muriendo, necesiten muchos cuidados. Este cuidado puede durar desde días hasta meses y será diferente para cada persona dependiendo de sus necesidades.
Los cuidados al final de la vida pueden ser médicos y físicos, pero también pueden consistir en apoyo emocional o espiritual. A menudo implica tomar decisiones sobre tratamientos o decisiones legales en nombre de la persona que está por morir. Los familiares y amigos de esta persona también podrían necesitar apoyo.
Esto puede ser mucho para manejar. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) tiene información para ayudarle a planificar los cuidados suyos o de un ser querido para el final de la vida.
¿Qué implican los cuidados al final de la vida?
Los cuidados al final de la vida pueden involucrar a un equipo de médicos, enfermeras, personal de cuidados paliativos o de hospicio, consejeros y miembros de la comunidad religiosa. Las personas que están por morir suelen necesitar cuidado en varias áreas:
• Confort físico. La persona puede experimentar dolor, problemas respiratorios, irritación de la piel, problemas digestivos, fatiga o sensibilidad a la temperatura. Estos síntomas pueden ser difíciles de manejar, así que consulte con el proveedor de atención médica cuál es la mejor manera de aliviarlos.
• Necesidades mentales y emocionales. Esté presente con la persona. Intente crear un ambiente reconfortante poniendo música, leyéndole o tomándole la mano si lo desea. Un consejero con experiencia en asuntos emocionales relacionados con el final de la vida puede ofrecerle asesoramiento.
• Asuntos espirituales. Al final de la vida, muchas personas encuentran consuelo en su fe mientras que otras pueden tener dificultades con las creencias espirituales. Hablar, orar juntos o escuchar música religiosa puede ayudar.
• Cuestiones prácticas. Tanto la persona que está por morir como sus cuidadores pueden necesitar ayuda con tareas prácticas para garantizar la tranquilidad de todos. Esto podría incluir cosas grandes como asuntos personales o cosas pequeñas como lavar la ropa.
Los cuidados al final de la vida pueden ser en cualquier lugar, pero los entornos más comunes son: en la casa, en el hospital o en un centro de atención. Cada una de estas opciones conlleva costos y necesidades de equipo únicos, dependiendo del tipo de cuidado.
No todas las personas tenemos la oportunidad de decidir dónde moriremos, pero quienes saben que se acerca el final de su vida pueden prepararse. Un plan de directivas anticipadas puede ayudar a los seres queridos y al médico del paciente a saber qué cuidados desea para el final de la vida.
¿Qué pasa si alguien no tiene un plan de directivas anticipadas o ya no puede tomar decisiones por sí mismo?
Si alguien está muriendo pero ya no puede comunicarse, un familiar o cuidador tendrá que tomar decisiones sobre su cuidado y confort. Esto puede ser abrumador, especialmente si no se conocen los deseos de la persona que está por morir o si hay varios miembros de la familia involucrados y no se ponen de acuerdo.
Pregúntese lo siguiente:
• ¿Habló la persona alguna vez sobre lo que querría al final de su vida?
• ¿Expresó alguna vez una opinión sobre el tratamiento al final de la vida de otra persona?
• ¿Cuáles eran sus valores y qué daba sentido a su vida? Por ejemplo, si estar cerca de la familia o pasar tiempo al aire libre era importante para esa persona, ¿es probable que un tratamiento posterior le ayude a volver a hacer estas cosas?
Consulte con el proveedor del cuidado de la salud sobre las opciones de tratamiento disponibles y los posibles riesgos y beneficios. Es difícil predecir exactamente cuánto tiempo más vivirá alguien o cómo evolucionará su afección con o sin tratamiento. Si la persona está en un hospital, es posible que allí haya un profesional de cuidados paliativos o un consejero que pueda ayudar.
Hable con el médico sobre los cuidados de hospicio si predicen que a su ser querido le quedan seis meses o menos de vida. Los médicos y proveedores de cuidados de hospicio también pueden decirle qué esperar en las próximas horas, días o semanas.
Si se considera la posibilidad de recibir cuidados de hospicio, averigüe cómo el personal del centro coordinará ese cuidado. Verifique si el seguro médico, Medicare o Medicaid lo cubre. Aun cuando el personal de cuidados de hospicio brinda mucho apoyo a una persona que está por morir, los familiares o cuidadores suelen brindar algunos cuidados cotidianos.
Qué debe saber sobre los cuidados al final de la vida para una persona con demencia
Los cuidados al final de la vida de una persona con enfermedad de Alzheimer o una demencia relevante pueden ser un desafío único. La demencia es terminal (termina con la muerte) y su evolución suele ser impredecible. Las señales de las etapas finales de la demencia pueden incluir:
• Ser incapaz de moverse por sí solo
• Ser incapaz de hablar o de hacerse entender
• Problemas de alimentación, como dificultad para tragar
Si una persona con demencia ya no puede tomar decisiones sobre su atención médica, es posible que su familia o sus cuidadores deban decidir en su nombre. Los tomadores de decisiones deben sopesar los beneficios, los riesgos y los efectos secundarios de cualquier tratamiento. En algunos casos, estas decisiones pueden basarse en la comodidad de la persona en lugar de intentar prolongar su vida o mantener sus capacidades por más tiempo. Puede ser difícil brindar apoyo emocional a alguien en esta etapa de su enfermedad, pero es bueno mantener todas las conexiones que pueda.
Alzheimers.gov tiene más información sobre cómo tomar decisiones sobre los cuidados al final de la vida, financieras y otras decisiones cruciales para alguien con demencia.