"Hacer frente a la pandemia pasó de ser una carrera corta a una maratón", afirma el Dr. Joshua Gordon, director del Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés).
La primavera pasada, muchos buscaban maneras de sobrevivir un periodo breve de aislamiento social. Desde marzo de 2021, cuando se cumplió un año del inicio de la pandemia, la gente ha tenido que lidiar con la nueva normalidad de no saber qué va a pasar.
"[Nos estamos] adaptando a una realidad nueva y aprendiendo maneras de fomentar la resiliencia con el tiempo", dice el Dr. Gordon.
El cuadro completo
Al pensar en la salud mental en momentos difíciles como los que se viven, el Dr. Gordon dice que es importante ver el cuadro completo.
"La probabilidad tener síntomas de salud mental o de una enfermedad mental diagnosticable después de una catástrofe o un período de estrés es influenciada por una amplia variedad de factores", explica el Dr. Gordon. "No hay un solo factor que explique ese riesgo o esa resiliencia".
Por ejemplo, la investigación del NIMH sobre la pandemia está considerando factores como la edad, las enfermedades mentales anteriores, la estructura familiar, la educación, la economía y la geografía. Todo esto también puede influir en que una persona tenga o no repercusiones de salud mental a largo plazo por COVID-19.
Uno de ellos es el Estudio del Desarrollo Cognitivo y Cerebral del Adolescente (ABCD, por su siglas en inglés), un proyecto a largo plazo que comenzó en 2015. Su meta es estudiar el desarrollo cerebral de 10,000 niños desde la infancia hasta la edad adulta. Los centros de investigación en 21 estados han analizado las maneras en que ciertos factores, como los videojuegos, los patrones de sueño y la educación, entre otros, influyen en el desarrollo del cerebro. Se añadió un cuestionario para comprender el impacto del COVID-19 en niños y adolescentes.
Otros grupos de edad
Debido a su mayor riesgo de contraer COVID-19, los adultos mayores han tenido que aislarse de forma extrema, dice el Dr. Gordon. Además, es más probable que vivan solos. Por ello, han tenido que adaptarse a nuevas formas de mantenerse en contacto con sus amigos y seres queridos, y de hacer las tareas diarias. Por ejemplo, quizás hayan tenido que pedir comida a domicilio en vez de ir a la tienda. O tal vez hayan ido a citas médicas exponiéndose a riesgos o han dependido de otros más de lo que preferirían.
Según el Dr. Gordon, los padres de niños pequeños "han tenido que aprender a equilibrar el trabajo y la crianza de los hijos de maneras nunca antes imaginadas".
La incertidumbre ha hecho que esta experiencia sea especialmente difícil para todos. "En ningún momento del año pasado resultaba claro cuánto iba a durar", señala el Dr. Gordon. "Y lo más difícil es acostumbrarse a esa incertidumbre".
Estrategias para gestionar el futuro
Para hacer frente a esa incertidumbre, el Dr. Gordon anima a adoptar buenas prácticas de salud mental que puedan continuarse después de la pandemia.
En primer lugar, asegúrese de dormir bien y de consumir alimentos nutritivos. También es útil encontrar actividades "que le brinden alegría y placer", dice, "como cocinar, hacer yoga, observar pájaros o hacer manualidades". Las investigaciones han demostrado que incluso un paseo breve practicando distanciamiento físico puede levantar el estado de ánimo. Mantener las rutinas y apagar los noticieros también puede ayudar.
El Dr. Gordon destaca que sigue siendo importante mantenerse en contacto con las personas a su alrededor y con sus vecinos y amigos. Si puede, trate de conectarse con sus seres queridos por teléfono o vídeo y siga las últimas recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. A medida que más personas se vacunen, estas recomendaciones tal vez permitan añadir ciertos tipos de reuniones sociales seguras para algunas personas, como las que están vacunadas.
Por último, el Dr. Gordon enfatiza la importancia del autocuidado. "Tómese descansos del trabajo y del cuidado de niños o personas mayores para cuidarse usted mismo", recomienda.