Lise Hamlin nació con pérdida auditiva en un oído, pero pudo comunicarse adecuadamente durante 30 años.
Eso cambió de la noche a la mañana.
Un día, cuando tenía 35 años, se despertó y de repente se dio cuenta de que no podía oír nada.
Estaba asustada pero no se dejó dominar por el pánico. "Pensé que si había dejado de oír de un día para otro, volvería a oír con la misma rapidez", recuerda. Sin embargo, nunca recuperó la audición. Sólo podía oír a la gente si le gritaban.
Seis meses después, empezó a usar un audífono.
Cuando Lise perdió la audición en forma repentina, enfrentó nuevas dificultades. "Quería estar con mi familia y ser sociable. Pero me perdía los chistes", dice.
Recuerda sentirse cohibida en situaciones sociales cuando llevaba puesto el audífono, que era "marrón y espantoso".
"Había un estigma por usar un audífono, pero ahora sé que se trataba más un problema de autoestima", comenta. "Ahora le digo a la gente que no oigo bien y casi siempre están dispuestas a colaborar conmigo".
"Somos seres sociales.
Necesitamos comunicarnos.
Todos deberíamos tener acceso a los servicios para la audición".- Lise Hamlin
Lise buscó ayuda en la Asociación Estadounidense para Personas con Pérdida Auditiva. La Asociación tiene muchos recursos y oportunidades para que las personas con pérdida auditiva se ayuden mutuamente.
"Me di cuenta de que cuando la gente acepta sus discapacidades, les gusta hablar de ellas", explica. Empezó a trabajar para la Asociación como voluntaria y finalmente le ofrecieron el trabajo de sus sueños.
Lise es ahora la directora de políticas públicas de la Asociación Estadounidense para Personas con Pérdida Auditiva. Trabaja con el Congreso y con agencias federales para que la comunicación sea accesible y económica para las personas con pérdida auditiva.
Lise dice que recibe casi 10 llamadas diarias de personas que buscan audífonos a precios moderados.
"Es desgarrador", se lamenta. "Somos seres sociales. Necesitamos comunicarnos. Todos deberíamos tener acceso a los servicios para la audición".
Lise se sometió recientemente a una operación donde le colocaron un implante coclear en un oído y un audífono en el otro. "Ahora vivo una vida plena", añade. "Si sabe que no oye bien, no se quede de brazos cruzados, haga algo. Una vez que enfrente el problema, su vida será mucho más fácil".