Byron Pitts, copresentador del noticiero Nightline y corresponsal nacional en jefe de la cadena ABC ha ganado premios Emmy por su cobertura de importantes eventos históricos, como los atentados del 11 de septiembre, el huracán Katrina y las guerras de Irak y Afganistán, por nombrar algunos. Aunque ahora trabaja frente a las cámaras, de niño y adulto joven Pitts tuvo tartamudez, un trastorno del habla en el que la persona sabe exactamente qué quiere decir, pero tiene dificultad para hacerlo. Actualmente, controla su tartamudez descansando, haciendo yoga y teniéndose más tolerancia. También es un defensor de las personas con este trastorno del habla.
¿Cómo se detectó su tartamudez?
En la escuela primaria me iba muy mal en matemáticas. Los médicos determinaron que era porque no podía leer las instrucciones. Yo era analfabeto, no podía leer. Mientras estaban tratando de averiguar por qué, notaron mi dificultad para hablar claramente y se dieron cuenta de que era tartamudo. En casa, para protegerme, mi familia me terminaba las frases. En la escuela, cuando tartamudeaba, se burlaban de mí, así que me quedaba callado. Sin embargo, lo más vergonzoso y difícil para mí en aquel momento era no poder leer.
¿Cómo se las arreglaba con la tartamudez de joven?
Durante la primaria y secundaria, mis principales estrategias fueron ocultarme, evitar e ignorar. La tartamudez me causó baja autoestima, porque la asociaba con poca inteligencia. Además, sentía que me limitaba. Por ejemplo, había ciertas palabras que me costaba pronunciar, como "limonada". Cuando pedía el almuerzo en la cafetería, pedía agua en lugar de lo que realmente quería porque podía pronunciar agua, pero no limonada. Ser incapaz de pedir lo que quería me hacía sentir estúpido. Curiosamente, no tenía ningún problema para cantar. Cuando cantaba en los coros del colegio y la iglesia, confiaba en que no iba a tartamudear. Una de las maneras en que aprendí a controlar la tartamudez fue cantar lo que quería decir. Cuando era capitán del equipo de fútbol americano de mi escuela, anunciaba las jugadas defensivas cantándolas.
Usted ha dicho que recibió apoyo cuando estaba en la universidad.
Sí, me ayudó un profesor del departamento de oratoria. En primer año, me preguntaron qué carrera quería seguir. Cuando traté de decir la palabra periodista, "journalist" en inglés, no me salió la jota. Después de clase, el profesor me habló y me motivó a afrontar mi tartamudez. Me pidió que fuera el presentador de un programa de radio en directo en la emisora de la universidad. Le dije que era imposible, que no podía hacerlo, pero él me animó a abordar mi dificultad de frente.
Para prepararme para el programa de radio, me hizo leer el periódico y libros en voz alta con lápices en la boca. Aunque parezca extraño, eso era para que le prestara atención a la mecánica de mi habla. Con los lápices en la boca, tenía que pensar en cómo sacar las palabras hacia afuera. Me ayudó a dejar de pensar en lo que no podía hacer y a no ponerme nervioso.
El profesor también me hacía leer de atrás para adelante. Eso me obligaba a concentrarme en cada palabra. Empecé a identificar las palabras con las que realmente tenía dificultad y a encontrar buenos sustitutos. Hacer estos ejercicios y ser el copresentador de un programa de radio que tuvo cierto éxito, me ayudó mucho. Comprendo que actualmente muchos de estos enfoques se consideran desactualizados. Ahora hay terapia del habla más avanzada.
¿Sigue teniendo problemas con la tartamudez?
Estar muy cansado o emocionado puede hacerme tartamudear. Para hablar en la graduación universitaria de mi hija, tuve que prepararme. Era un ocasión feliz, alegre y maravillosa como padre. Yo quería permitirme las emociones, pero quería controlarlas para que no me hicieran tartamudear. Otro ejemplo fue cuando trabajé de reportero en directo desde Afganistán e Irak. Tenía que evitar ponerme nervioso por lo que ocurría a mi alrededor. La última vez que tartamudeé en un noticiero fue cuando estaba cubriendo las elecciones del 2000. Después de varios días largos, estaba agotado.
He aprendido que para estar lo más fuerte y descansado posible necesito hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente y practicar yoga. Eso me ayuda a controlar la tartamudez.
¿Qué tan importante es la intervención temprana en la tartamudez?
El diagnóstico y la intervención tempranos son vitales. Como dije, desde que era niño ha mejorado mucho la ayuda para la tartamudez. Ahora hay servicios excelentes de terapia del habla y de otro tipo para trabajar con los niños en las etapas tempranas de la vida, y también para los adultos. También recomiendo mucho buscar ayuda profesional a tiempo.
¿Qué sugerencias tiene para las personas que tartamudean?
Una de las más grandes fuentes de apoyo en mi vida ha sido mi familia. Éramos de clase trabajadora, de un barrio marginado y teníamos pocos recursos. Pero con el amor y el apoyo, mi familia compensó la vergüenza y la incomodidad que sentía por mi tartamudez. A cualquiera persona que tartamudee, le sugiero que busque y acepte el apoyo de la familia y los amigos.
También es importante que sepa que usted está bien, y que se tenga confianza. La tartamudez sin duda ha sido un desafío para mí, pero también ha tenido un lado bueno. Me ha dado un sentido de empatía y me ha convertido en un buen oyente. Como hablaba poco, aprendí el valor de escuchar y observar desde pequeño. Esas son virtudes de mi vida personal y profesional que tal vez de otro modo no hubiera adquirido.