¿Ha pisado alguna vez una roca filuda, se ha frotado los ojos accidentalmente después de cortar un pimiento picante o ha luchado durante un largo día de trabajo con un dolor de cabeza punzante? Podría estar sintiendo el dolor en el pie, el ojo o la cabeza, pero el cerebro determina cómo experimenta el dolor y cómo responde a este.
Las investigaciones científicas financiadas, realizadas y respaldadas por los NIH han cambiado nuestra comprensión del dolor: qué es, cómo funciona y cómo lo experimentamos.
Las múltiples caras del dolor
Las personas experimentan el dolor de muchas maneras diferentes. El dolor puede variar desde la sensación aguda de una cortada con papel o una picadura de abeja hasta la sensación sorda y persistente de un dolor muscular. En algunos casos, es constante mientras que en otros, aparece y desaparece.
El dolor puede ser agudo o crónico:
- El dolor agudo es el dolor que sentimos cuando nos lastimamos o lesionamos. Es posible que hayamos experimentado un dolor agudo por una lesión, como una cortada o una extremidad partida, o por una enfermedad o inflamación en el cuerpo. El dolor agudo puede ser intenso y fuerte, pero generalmente desaparece a medida que el cuerpo se recupera de lo que lo causó.
- El dolor crónico es un dolor que dura mucho más, generalmente meses y, a veces, incluso años. El dolor crónico a veces tiene una causa clara, como una lesión aguda, una enfermedad prolongada o una lesión y disfunción del sistema nervioso. Algunas veces incluso aparece sin una razón obvia.
Los diferentes tipos de dolor tienen diferentes causas:
- El dolor nociceptivo, es el dolor causado por una lesión en los tejidos. La mayoría de los dolores agudos son nociceptivos.
- El dolor neuropático, es el dolor causado por una lesión o disfunción en los nervios. Podemos experimentar dolor neuropático por lesiones o enfermedades que afectan la médula espinal y el cerebro (por ejemplo, una hernia discal en la columna) o el sistema nervioso periférico (los nervios del resto del cuerpo). Por lo general, este tipo de dolor se siente como una quemadura, un disparo o una puñalada.
- El dolor inflamatorio, es el dolor que se presenta cuando se activa el sistema inmunitario en respuesta a una lesión o infección. Además de causar enrojecimiento o inflamación, puede volvernos más sensible a las sensaciones de dolor.
Cómo experimentamos el dolor
- Cuando nos lesionamos alguna parte del cuerpo, los receptores especiales del dolor de esa zona liberan sustancias químicas conocidas como neurotransmisores, que envían mensajes al cerebro.
- Los mensajes viajan a lo largo de los nervios hasta la médula espinal y, finalmente, hasta el cerebro, diciéndole: "Algo podría estar mal aquí, ¡preste atención!"
- El cerebro recibe y procesa estos mensajes, los evalúa y decide qué hacer.
- El cerebro envía mensajes al cuerpo para que reaccione. Dependiendo de la situación, esto podría significar activar rápidamente los músculos del cuerpo para alejarlos de lo que sea que esté causando el dolor. ¡Esta reacción puede parecer instantánea! Si nos lesionamos, el cerebro podría también liberar analgésicos naturales conocidos como endorfinas o decirle al sistema inmunitario que comience a curar la lesión.
Para ver cómo funciona esto, mire este video de MedlinePlus sobre la sensación de dolor.
Cómo se convierte el dolor agudo en crónico
La mayoría de las veces, el dolor es un sistema de alarma útil diseñado para mantenernos a salvo. Sin embargo, algunas veces las señales de dolor siguen activas incluso después de que los tejidos del cuerpo han sanado.
Cuando el dolor continúa durante mucho tiempo, como durante una enfermedad prolongada o después de una lesión grave, puede causar cambios en el sistema nervioso, lo que nos vuelve más sensible al dolor. Esto significa que ciertos estímulos nos hacen sentir el dolor más rápido, y este puede ser más intenso y durar más tiempo.
Tratamiento
La experiencia del dolor está influenciada por un conjunto complejo de factores que son exclusivos de cada persona, incluidos sus genes y biología, experiencias pasadas, emociones y entorno. Eso significa que todos sentimos el dolor de manera diferente. No hay una manera de medirlo objetivamente, y no hay un solo tratamiento que funcione para todos.
El mejor enfoque es trabajar con un proveedor del cuidado de la salud para comprender y tratar el dolor de manera segura y eficaz. El manejo del dolor dependerá del tipo de dolor que estemos experimentando y de su causa. A menudo involucra una combinación de tratamientos, que podrían incluir:
- Medicamentos de venta libre y recetados (como analgésicos y medicamentos que reducen la inflamación)
- Terapia física y ocupacional para mejorar la función y limitar el dolor
- Consejería y terapia para enseñar habilidades para sobrellevar el dolor
- Tratamientos médicos (como medicamentos e inyecciones) para interrumpir las señales de dolor o cambiar la forma en que los nervios procesan el dolor
- Terapias de neuromodulación (dispositivos que estimulan los nervios o la médula espinal) para reducir el dolor
- Terapias complementarias e integrativas (como la acupuntura y la meditación con atención plena)
Esfuerzos de los NIH
Muchos institutos y centros de los NIH forman parte del Consorcio del dolor de los NIH (en inglés) , que trabaja para avanzar en las investigaciones relacionadas con el dolor y promover la colaboración entre investigadores.
El Centro de Investigación del Dolor de los NIH (en inglés) trabaja para identificar los mecanismos específicos y las causas del dolor en una variedad de condiciones. La meta es ayudar a los investigadores a desarrollar formas más eficaces y personalizadas de manejar y tratar el dolor, prevenir afecciones de dolor crónico y reducir los efectos secundarios no deseados, como el uso indebido de opiáceos y la adicción.
La Iniciativa para ayudar a acabar con la adicción a largo plazo (Helping to End Addiction Long-term®) (en inglés), o la iniciativa HEAL (HEAL Initiative®) de los NIH, financian las investigaciones sobre el dolor y la adicción para abordar la crisis nacional de salud pública de los opioides (en inglés). Los programas de la iniciativa HEAL están liderados por institutos y centros de los NIH. Buscan soluciones científicas para prevenir y tratar el abuso y la adicción a los opioides. También buscan comprender y tratar mejor el dolor estudiando la biología del dolor para identificar nuevos objetivos de tratamiento, llevando a cabo estudios clínicos para probar nuevos tratamientos y trabajando con las comunidades para que los tratamientos seguros y eficaces estén disponibles para todos los que los necesiten.
El Programa de Investigación del Consorcio de Dolor Lumbar (BACPAC) (en inglés) está financiado por la Iniciativa HEAL. El programa lleva a cabo estudios para comprender mejor el dolor lumbar crónico, que es una de las afecciones dolorosas crónicas más comunes. BACPAC está estudiando los múltiples factores complejos que contribuyen al dolor lumbar.
La Iniciativa de las investigaciones del cerebro mediante el avance de las neurotecnologías innovadoras de los NIH (NIH Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies®) (en inglés) , o Iniciativa BRAIN de los NIH, es una colaboración apoyada por los NIH que tiene como objetivo desarrollar y aplicar nuevas herramientas para comprender cómo funciona el cerebro. Los científicos financiados por la Iniciativa BRAIN están estudiando los circuitos del dolor en el cerebro para descubrir nuevas formas de comprender el proceso del dolor y tratarlo.
Por las cifras
- El costo nacional anual estimado del dolor, incluidos los tratamientos médicos, las discapacidades y las pérdidas de productividad, es entre $560 mil millones y $635 mil millones
- Más de 1 de cada 5 los adultos en los Estados Unidos experimentan dolor crónico
- Las tasas de dolor crónico, incluido el dolor que limita gravemente las actividades laborales o vitales, son más altas entre los adultos mayores de 65 años
- Las afecciones de dolor crónico, como el dolor lumbar y la migraña, son la causa principal de las discapacidades en el mundo