A pesar de los numerosos avances médicos y de las mejoras en la atención materna, aún hay disparidades importantes en la atención que reciben las mujeres embarazadas. Hablamos con Juanita Chinn, Ph.D., directora de programas en la Rama de Dinámica de la Población del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, que es parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
Según la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud del Departamento de Salud y Servicios Humanos, las disparidades en salud son diferencias que están muy relacionadas con una desventaja social, económica o ambiental. Estas disparidades afectan negativamente a los grupos que han enfrentado mayores obstáculos para recibir atención médica a causa de su raza o etnia.
En Estados Unidos, por ejemplo, las mujeres negras tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de morir por causas relacionadas con el embarazo que las mujeres blancas, sea cual sea su nivel de educación o de acceso a la atención. Las mujeres negras también tienen más del doble de probabilidades de tener un parto de feto muerto, y los bebés negros tienen más del doble de probabilidades de morir en el primer año de vida que los bebés de mujeres blancas.
"Todos vamos a morir algún día, pero cuándo y cómo se muere es algo determinado en gran parte por la situación y las experiencias sociales", explica la Dra. Chinn. "Eso no debería determinar el tiempo de vida".
"Estos ejemplos alarmantes muestran por qué es crítico que reduzcamos las disparidades en salud de los embarazos y los partos", dice la Dra. Chinn.
"Podemos identificar los factores clínicos que aumentan el riesgo de las mujeres de tener problemas de salud e incluso de muerte por causas relacionadas con el embarazo, como hipertensión y preeclampsia, pero no hablamos lo suficiente de las causas sociales de las enfermedades", afirma.
Varias investigaciones recientes realizadas con el apoyo de los NIH muestran el problema creciente de las disparidades en la atención y la salud materna. También refuerzan la necesidad de encontrar nuevas formas de mejorar los resultados de los embarazos y los partos.
Un estudio reciente, dirigido por Rachel Hardeman, Ph.D., analizó los resultados de los partos después de los sucesos ocurridos en Minneapolis, Minnesota, en 2020. Más de la mitad de las mujeres estudiadas dijeron sentir que los acontecimientos afectaban sus embarazos. Más tarde, casi el 60% de esas mujeres dieron a luz a bebés prematuros con bajo peso o que murieron.
Otro estudio reciente, dirigido por la Dra. Maeve Wallace, analizó las causas de muerte no relacionadas con el embarazo, durante el embarazo y en el año siguiente al parto en Luisiana. De las 119 muertes relacionadas con el embarazo en 2016 y 2017, el 13% fueron homicidios. Los investigadores estimaron que por cada 100.000 mujeres embarazadas o en etapa de posparto, hubo 13 muertes por homicidio. Esto superó las muertes por cualquier causa obstétrica, incluyendo por trastornos de presión arterial y entrada de líquido amniótico a la sangre.
"Estas líneas de investigación van más allá de los comportamientos individuales en materia de salud para comprender a fondo la influencia del ambiente, incluido el ambiente social, en las disparidades en morbilidad y mortalidad materna graves", dice la Dra. Chinn. "La esperanza es que esto también ayude a identificar oportunidades para intervenir y prevenir estos resultados maternos adversos".