Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) están mejorando las extremidades protésicas (artificiales) para que funcionen mejor y les resulten más naturales a las personas que las necesitan.
Utilizando vibraciones y una compleja interfaz computarizada entre el cerebro y las extremidades de la persona, el equipo de investigadores logró "engañar" al cerebro para que moviera manos protésicas.
En un pequeño grupo de personas que habían perdido una extremidad, un cirujano desvió los nervios de la parte faltante de la extremidad (en este caso, los de la mano y los dedos) y los conectó con otros músculos. Cuando la persona trata de mover la extremidad amputada, el músculo reconectado se contrae. Esas señales se pueden conectar a una computadora que dirija los movimientos de las manos biónicas.
Las manos y el brazo biónicos detectan el movimiento y se coordinan de forma más natural y completa con el cerebro al vibrar cerca de los músculos. Esto crea sensaciones que ayudan a controlar la prótesis.
El estudio fue financiado en parte por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) de los Institutos Nacionales de la Salud, y por una "Beca a la investigación transformadora" concedida por el director de los NIH. Esta subvención apoya proyectos de investigación arriesgados y no comprobados que tienen el potencial de hacer descubrimientos importantes.
"La investigación de muchas décadas ha demostrado que los músculos necesitan detectar movimiento para funcionar correctamente. El sistema penetra en los circuitos neuronales que controlan el movimiento", explica del Dr. James W. Gnadt, del NINDS. "Este enfoque eleva el campo de la medicina protésica a un nuevo nivel y esperamos que mejore la vida de muchas personas".