Ibram X. Kendi, Ph.D, autor e historiador, ha recibido muchos reconocimientos. Su libro Cómo ser un antirracista alcanzó el #1 en la lista de más vendidos del New York Times, y ha recibido la beca MacArthur, el W.E.B. Du Bois Book Award de la Northeast Black Studies Association y el National Book Award. A los 35 años, al Dr. Kendi le diagnosticaron cáncer colorrectal en etapa 4, una enfermedad que afecta desproporcionadamente a los afroestadounidenses.
El especialista en estudios afroestadounidenses escribió su obra más influyente mientras se sometía a un tratamiento para el cáncer colorrectal en etapa avanzada. Habló con la revista MedlinePlus de los NIH sobre su travesía y cómo está casi cinco años después de su diagnóstico.
¿Tenía síntomas antes de recibir su diagnóstico de cáncer?
Sí. En el otoño de 2017, comencé a tener algunos síntomas. Tenía que ir al baño casi cada hora. Y aunque no me di cuenta en ese momento, también estaba perdiendo peso. Durante el fin de semana de Acción de Gracias, comencé a tener lo que pensé que era un virus estomacal. Empecé a tener diarrea con sangre, y luego la hemorragia no se detuvo incluso después de que se resolvieron mis problemas estomacales. Para el día de Año Nuevo, me di cuenta de que no podía ignorarlo. A principios de enero fui a hacerme una colonoscopia. Nos dijeron [a mi esposa y a mí] que encontraron una masa y, después de más imágenes, descubrieron que se había propagado. Fue entonces cuando me dijeron que tenía cáncer colorrectal en etapa 4.
¿Cuál fue su reacción cuando recibió el diagnóstico?
Cuando la médica me dijo por primera vez que había encontrado una masa y que probablemente era cancerosa, me sorprendió. No tenía ningún otro factor de riesgo y solo tenía 35 años. Y luego descubrir que se había propagado, y que estaba en la etapa 4, en la que solo sobrevive entre el 12 % y el 14 % de las personas... fue simplemente devastador.
¿Cuál fue su tratamiento y cómo está ahora?
Me pusieron en un fuerte régimen de quimioterapia. Tenía que tomar pastillas todos los días y también recibía infusiones cada pocas semanas. Eso fue muy difícil de soportar. Tuve algunos efectos secundarios muy fuertes. El más significativo fue una sensibilidad extrema al frío. Y empecé la quimioterapia en enero, en pleno invierno. Ni siquiera podía respirar aire frío sin que me doliera. Beber algo frío me dolía la garganta. Tenía hormigueo en los dedos de las manos y los pies, y comenzaron a ponerse negros, extremadamente secos y con ampollas. De manera que tuve que buscar formas de manejar eso. Fue una batalla constante tratar de soportar los seis meses de quimioterapia y cirugía adicional en agosto.
La buena noticia es que cuando los cirujanos entraron por segunda vez, encontraron que tuve una respuesta completa a la quimioterapia y dijeron que el pronóstico era bueno. Tenía una buena probabilidad de ser uno del 12 % de los sobrevivientes.
Su esposa tuvo cáncer de seno poco antes de su diagnóstico. ¿Cómo afectó eso la forma en que lidió con su diagnóstico, tratamiento y recuperación?
De muchas formas nos preparó para saber cómo manejar el proceso de alguien que tiene cáncer. Para mí, fue mucho más fácil soportar tener cáncer que cuidar a otra persona con cáncer. También me di cuenta de que mi esposa luchaba con la forma en que las personas actuaban a su alrededor cuando se enteraban de que tenía cáncer, por lo que decidimos no contarle a muchas personas que tenía cáncer. Eso me ayudó, ya que no tuve que lidiar con la incomodidad de las reacciones de la gente.
¿Podría hablar sobre la importancia de la familia y los seres queridos durante su tratamiento y recuperación del cáncer?
Lidiar con el cáncer es extremadamente caótico y difícil. Cuando se tiene un sistema de apoyo que no es caótico, puede ser muy útil para uno y para la batalla por sobrevivir. La familia y otras personas pueden ayudar a que uno deje de pensar en la enfermedad y nos dan apoyo.
¿Cuál es su mensaje para los demás basado en su experiencia?
Para las personas que no tienen cáncer de colon, les pido que estén atentos a los síntomas. Presten atención a su cuerpo. Yo ciertamente hubiera querido ir antes para que me revisaran. Existe la posibilidad de que me hubieran podido encontrar el cáncer en una etapa anterior.
Para aquellas que tienen cáncer, continuar enfocándose en otras cosas puede ayudarles a superar el tratamiento. Escribí la mayor parte de mi libro Cómo ser un antirracista cuando estaba en tratamiento. Me dio algo para concentrarme y esperar. Fue muy útil el no estar enfocado totalmente en mi cáncer.