Las personas que experimentan situaciones traumáticas reaccionan de diferentes maneras.
Suelen tener pensamientos recurrentes sobre lo que sucedió. Pueden sentirse insensibilizadas, no logran relajarse y tratan de evitar a personas y lugares que les recuerdan el trauma. También es común sentirse vulnerable o en guardia. Otros síntomas son:
Depresión: Sentirse triste la mayor parte del tiempo o perder el interés en actividades que antes eran divertidas son signos de depresión. Usted puede tener poca energía y estar cansado. Puede pensar que las cosas nunca mejorarán. Esto puede llevar a pensamientos suicidas. Si está pensando en hacerse daño o matarse, busque ayuda de inmediato.
Sentimientos de culpa y vergüenza: Uno puede culparse a sí mismo después de un evento traumático, sobre todo si otras personas sufrieron daños. Los sentimientos de culpa o vergüenza a menudo no tienen fundamento.
Ira o comportamiento agresivo: Después del trauma, uno puede pensar que lo que le sucedió fue injusto. Esto puede causar una ira intensa. Los sentimientos intensos de ira y el comportamiento agresivo pueden causarle problemas con la gente a su alrededor y esto puede tener consecuencias físicas o legales.
Abuso de alcohol o drogas: Beber o "automedicarse" con drogas es una forma común pero poco saludable de afrontar eventos traumáticos. Uno puede excederse con el consumo de alcohol o drogas para evitar el dolor.