April está constantemente activa. Le encanta caminar, ir al trabajo en bicicleta, y el año pasado fue a esquiar por primera vez. Pero también sufre de dolor en la parte baja de la espalda.
Desde su primera lesión de espalda han pasado 20 años, y April lo recuerda con claridad.
"Se me congeló toda la espalda y de repente sentí un dolor tremendo", dice April, quien cree que su cuerpo le había estado enviando señales de advertencia desde mucho antes. Cuando empezó sentir dolor de espalda, después de estar sentada por períodos prolongados encorvándose sobre los libros en la universidad, probó hacer ejercicios de estiramiento muscular.
Hoy, tras hablar con su fisioterapeuta y su médico, sabe que se estaba estirando de la manera incorrecta y que esto probablemente empeoró su lesión inicial.
Fisioterapia y ejercicio
Después de su primera lesión, April hizo fisioterapia y se aseguró de completar en la casa los estiramientos y ejercicios aprobados. Así pudo controlar el dolor lumbar. Pero hace unos tres años, sufrió una segunda lesión de espalda importante al torcerse demasiado en una clase de yoga.
Consultó a su médico, quien le recomendó que hiciera más fisioterapia.
Aunque su dolor va y viene, la experiencia de April con el dolor lumbar ha tenido un gran impacto en su vida. Ahora evita los ejercicios de alto impacto que antes le encantaban, como las clases de baile. Y como ávida viajera, se siente más ansiosa cuando va a algún sitio porque sabe que los viajes largos en avión y en coche, además de levantar el equipaje, empeoran su dolor.
"Me preparo, porque sé que los viajes son dolorosos", dice.
El trabajo diario para controlar el dolor
Para aliviar el dolor, April tiene un escritorio de pie en su oficina y hace Pilates tan a menudo como puede. Además, ha empezado a practicar yoga de nuevo, pero en forma gradual.
"Me he dado cuenta de que los movimientos básicos de Pilates son muy útiles", dice. Su fisioterapeuta le sugirió que trate de fortalecer los músculos abdominales, de las caderas y de los muslos. "Hago una serie de movimientos (de fisioterapia) y de Pilates todos los días. La lista de ejercicios útiles es suficientemente variada como para poder combinarlos con regularidad".
La sugerencia de April para quienes sufren de dolor lumbar es que se levanten y muevan el cuerpo lo más posible.
"Durante el día, trate de alternar entre estar sentado y de pie", dice. "Es fácil ver que uno se ha pasado horas frente a la computadora casi en la misma posición. Me parece que los movimientos diarios juegan un papel muy importante para mantener nuestra flexibilidad".