La septicemia es la respuesta extrema del cuerpo a una infección. Se presenta cuando una infección que ya tiene desencadena una reacción en cadena que puede reducir la presión arterial a niveles peligrosos. Esto dificulta que los nutrientes y el oxígeno lleguen a los órganos.
Las infecciones bacterianas son la causa más común de septicemia; sin embargo, otros tipos de infecciones también pueden causarla. Las infecciones suelen aparecer en los pulmones, el estómago, los riñones o la vejiga. Es posible que la septicemia comience con una pequeña cortada que se infecta o con una infección que se presenta después de una cirugía. Algunas veces, se puede presentar septicemia en personas que ni siquiera sabían que tenían una infección.
Independientemente de la causa, la septicemia pone en peligro la vida. Sin un tratamiento médico rápido, puede causar daño tisular, insuficiencia orgánica o la muerte.
¿Cuáles son los síntomas de la septicemia?
• Respiración y frecuencia cardíaca acelerada
• Dificultad para respirar
• Confusión o desorientación
• Dolor o malestar extremo
• Fiebre, escalofríos o sensación de mucho frío
• Piel pegajosa o sudorosa
¿Quién corre riesgo de desarrollar septicemia?
Cualquier persona con una infección podría desarrollar septicemia. Sin embargo, las personas con más probabilidad de desarrollarla incluyen:
• Adultos mayores de 65 años
• Personas con afecciones crónicas (como diabetes, enfermedades pulmonares, cáncer y enfermedades renales)
• Personas con sistemas inmunitarios debilitados
• Personas embarazadas
• Niños menores de 1 año
Las personas que han tenido septicemia antes corren también un mayor riesgo de volver a contraerla. Si tiene una infección que no mejora o empeora, busque atención médica de inmediato.
¿Cómo se diagnostica y trata la septicemia?
Un proveedor de atención de salud puede diagnosticar la septicemia preguntándole sobre sus síntomas actuales y su historia clínica. Podría revisar su temperatura, presión arterial, pulso y respiración. También podría solicitar pruebas de laboratorio o pruebas de diagnóstico por la imagen, como una radiografía o una tomografía computarizada para detectar signos de infección o daño de órganos.
Si tiene septicemia, su proveedor de atención de salud le recetará tratamientos que podrían incluir:
• Antibióticos
• Oxígeno y líquidos intravenosos (IV)
• Tratar la fuente de la infección
• Medicamentos para subir la presión arterial
¿Cómo es la recuperación de una septicemia?
El hospital o su proveedor de atención de salud iniciarán un plan de rehabilitación para ayudarle a recuperarse de la septicemia. El objetivo de esto es acercarlo lo más posible a su nivel de salud anterior.
Mientras se recupera, es posible que tenga síntomas físicos como cansancio, dolores corporales y falta de aliento. Además es común sentirse deprimido, ansioso o confundido. Informe a su proveedor de atención de salud cualquier síntoma o sensación que tenga durante la recuperación.
Es de esperar que esto vaya lentamente—¡ha estado gravemente enfermo! No se olvide descansar cuando lo necesite mientras recupera sus fuerzas.
¿Cómo se puede prevenir la septicemia?
Para evitar la septicemia, es importante prevenir contraer una infección.
• Cuide cualquier afección de salud crónica que pueda tener.
• Póngase las vacunas recomendadas por su proveedor de atención de salud.
• Mantenga una buena higiene haciendo cosas como lavarse las manos y desinfectar las superficies de alto contacto.
• Limpie y cubra sus heridas hasta que sanen.