Es probable que la pandemia de COVID-19 haya tenido algún impacto en la salud mental de la mayoría de nosotros, especialmente en los niños y los adolescentes. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) están financiando una investigación para comprender con exactitud el alcance de este impacto.
El Estudio del Desarrollo Cognitivo y Cerebral del Adolescente (ABCD, por sus siglas en inglés), dirigido por los NIH, es uno de estos esfuerzos. En 2015, los investigadores de centros de 21 estados comenzaron a estudiar a 10.000 niños de 9 y 10 años. Su meta era averiguar el efecto que tienen en el desarrollo cerebral los videojuegos, los patrones de sueño y la educación, entre otros factores. El estudio seguirá a estos participantes hasta que cumplan 18 años de edad.
Como parte del estudio, los investigadores incluyen ahora un cuestionario de exposición al COVID-19. Las respuestas ayudarán a mostrar cómo contribuyeron al impacto de la pandemia en los niños, factores como las diferencias económicas o regionales, dice el Dr. Joshua Gordon, director del Instituto Nacional de la Salud Mental.
Las experiencias académicas también pueden tener un impacto en la salud mental de los niños, sobre todo durante una pandemia como la de COVID-19, explica el Dr. Gordon. Señala que las diferencias económicas también pueden jugar un papel. Por ejemplo, los estudiantes con más acceso a tecnología o apoyo académico en el hogar pueden tener mejores resultados.
"Para los niños, existen muchas incógnitas aquí. La meta del Estudio ABCD es explorar esas incógnitas", dice el Dr. Gordon.