¿Qué es el linfedema?
El linfedema es una hinchazón crónica que ocurre cuando algo altera el sistema linfático. El sistema linfático es parte del sistema inmunitario del cuerpo e incluye tejidos como la médula ósea y la membrana intestinal; los vasos sanguíneos; y órganos como las amígdalas, el bazo y los ganglios linfáticos.
El sistema linfático transporta a la corriente sanguínea un líquido claro, acuoso y rico en proteína que se llama linfa. La linfa contiene linfocitos, o glóbulos blancos, que atacan los virus y las bacterias al entrar el cuerpo. Si alguna vez ha estado enfermo y ha tenido hinchazón o sensibilidad al tacto en el cuello o las axilas (donde están los principales ganglios linfáticos), ha comprobado que su sistema linfático funciona.
Sin embargo, a veces, el sistema linfático se bloquea por causa de obesidad, lesiones graves o trastornos genéticos. Cuando eso sucede, la linfa que drena de los tejidos del cuerpo no tiene a dónde ir y queda atrapada en los tejidos. Cuando se acumula una cantidad suficiente de linfa, se produce hinchazón. Esta hinchazón puede tener efectos desfavorables en su calidad de vida.
¿Qué apariencia tiene la hinchazón y que se siente cuando ocurre?
Típicamente, la hinchazón por linfedema ocurre en los brazos o las piernas. Los síntomas pueden incluir los siguientes:
- Un brazo o una pierna se siente pesado o lleno de líquido.
- La piel de la parte hinchada se siente tirante.
- Es difícil mover una articulación del brazo o de la pierna, incluso las articulaciones de las manos y los pies.
- La piel se engrosa.
- Se siente picazón en las piernas o los dedos de los pies.
- Hay una sensación de quemadura en las piernas.
¿Cómo se diagnostica?
Muchas cosas, como una infección o coágulos de sangre, pueden causar hinchazón de las extremidades. Solamente un proveedor de atención médica puede emitir un diagnóstico oficial de linfedema. Cuando ese proveedor examina una extremidad inflamada para ver si se trata de linfedema, podría hacer lo siguiente para descartar otras posibilidades:
- Examen físico e historia clínica. Un proveedor de atención médica podría medir la extremidad hinchada para compararla con la otra; buscar protuberancias u otras señales de enfermedad; y hacer preguntas sobre hábitos relacionados con la salud, enfermedades previas y tratamientos.
- Linfoescintigrafía. Un proveedor de atención médica inyectará una pequeña cantidad de sustancia radiactiva al cuerpo y observará cómo fluye a través de los ganglios linfáticos.
- Toma de imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés). Un proveedor de atención médica empleará un imán, ondas de radio y un computador para tomar imágenes detalladas de algunas partes dentro del cuerpo.
- Linfografía con tinción de indocianina verde (ICG, por sus siglas en inglés). Un proveedor de atención médica inyectará en el cuerpo una pequeña cantidad de ICG—un líquido de tinción de uso médico para realizar un diagnóstico por imágenes—y observará cómo fluye a través del sistema linfático.
¿Cómo se trata?
Algunas fases tempranas de linfedema pueden desaparecer sin tratamiento. No hay cura para las fases tardías de esta afección; una vez que el sistema linfático sufre daño, no se puede reparar. Sin embargo, eso no significa que los síntomas de linfedema sean inmanejables. Un proveedor de atención médica podría sugerir un plan que incluye lo siguiente:
- Pérdida de peso y ejercicio para ayudar a los vasos linfáticos a mover el líquido linfático atrapado.
- Compresión de la parte afectada por medio de cosas como fisioterapia especial o prendas de compresión para ayudar a mover el líquido linfático e impedir que se acumule en el cuerpo.
- Fisioterapia como rayos láser y células madre que, según se ha demostrado en pequeños estudios, son un tratamiento eficaz para el linfedema.
¿Quién está expuesto al riesgo de tener linfedema?
Hay dos tipos de linfedema:
- El linfedema primario ocurre cuando el sistema linfático no se desarrolla en la debida forma; es sumamente raro y afecta a cerca de 2 de cada 8.000 personas alrededor del mundo.
- El linfedema secundario ocurre cuando el sistema linfático ha sufrido un daño por algo más, a menudo por tratamiento del cáncer o por infecciones parasitarias, y ese es el tipo más común de linfedema. Aproximadamente 1 de cada 1.000 estadounidenses tienen linfedema secundario y se cree que afecta a hasta 140 millones de 250 millones de personas alrededor del mundo.
El linfedema secundario suele guardar relación con el cáncer y el tratamiento del cáncer. Los tumores que presionan a los ganglios linfáticos pueden crear bloqueos y la radiación puede afectar los ganglios linfáticos y formar tejido cicatrizal que bloquea el flujo de líquidos. Es posible que en la cirugía para extirpar órganos o tejidos afectados por el cáncer a veces se extirpen también los ganglios linfáticos.
Investigaciones de los NIH para eliminar la filariasis linfática Será una barra lateral
La parasitología es un campo de la medicina que se enfoca en el estudio de los parásitos, pequeños organismos que sobreviven al alimentarse del cuerpo humano. La Sección de Parasitología y Programas Internacionales y el Laboratorio de Enfermedades Parasitarias del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) apoyan y realizan varios proyectos de investigación destinados a tratar y a eliminar una clase de linfedema llamado filariasis linfática. Esta enfermedad es una forma de linfedema secundario causado por parásitos microscópicos que entran al sistema linfático por medio del sitio infectado por la picadura de un mosquito.
La filariasis linfática afecta a más de 120 millones de personas en las zonas tropicales de 72 países y se considera una enfermedad tropical desatendida (ETD). Puesto que, por lo general, las ETD afectan a algunas de las comunidades más pobres del mundo, históricamente no se les ha dado el mismo grado de atención ni el monto de financiamiento para investigación que a otras enfermedades. La población expuesta a riesgo de tener filariasis linfática incluye 1.200 millones de personas alrededor del mundo.
Los investigadores apoyados por el NIAID trabajan para que la filariasis linfática sea un problema del pasado. Algunos laboratorios trabajan en el desarrollo de mejores tratamientos para las personas con filariasis linfática y otros trabajan en pruebas para detectar la enfermedad y ayudar a controlar su propagación. En la actualidad, está en las primeras etapas de preparación una vacuna contra esta enfermedad.