Cada año, más personas mueren por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto. En los Estados Unidos, las muertes por embarazo, durante el parto o posparto aumentaron (en inglés) de 17.4 (por cada 100.000 nacimientos vivos) en enero de 2019 a 20.9 en enero de 2023. Lo que es aún más alarmante es que la mayoría de estas muertes podrían haberse evitado.
Las infecciones y la septicemia son la segunda causa más importante de muertes maternas en los Estados Unidos. La septicemia pone en peligro la vida y se puede presentar en cualquier persona; sin embargo, las personas embarazadas y los bebés se encuentran entre los más propensos a contraerla.
La septicemia es la respuesta extrema del cuerpo a una infección que alguien ya tiene. Esta infección desencadena una reacción en cadena en su cuerpo. Puede causar síntomas como aceleración de la frecuencia cardíaca, dolor extremo y sensación de confusión o desorientación.
La septicemia materna se presenta durante el embarazo o después del parto. Su probabilidad de desarrollar septicemia materna es mayor si tiene una infección por:
• Heridas del parto por cesárea
• Pérdida del embarazo o aborto
• Enfermedad respiratoria (que afecta los pulmones)
• Meningitis (inflamación alrededor del cerebro y la médula espinal)
• Hemorragia posparto (sangrado excesivo)
• Infecciones de las vías urinarias
• Endometritis
La septicemia neonatal es una infección de la sangre en un bebé menor de 90 días. El estreptococo del grupo B (EGB) y el virus del herpes simple (VHS) son causas comunes de septicemia neonatal.
La buena noticia es que hay formas de reducir el riesgo de desarrollar septicemia materna y neonatal, que incluyen:
• Previniendo y tratando las infecciones durante el embarazo
• Haciéndose pruebas de detección del EGB y el VHS durante el embarazo
• Tomando antibióticos si la persona está embarazada y tiene EGB o corioamnionitis (una infección del líquido amniótico) o ha dado a luz a un bebé con septicemia causada por bacterias
• Teniendo el parto dentro de las 12 a 24 horas posteriores a la ruptura de la fuente (cuando se rompen las membranas de la bolsa del líquido amniótico). Un parto por cesárea debe ocurrir dentro de las 6 horas (en inglés) posteriores a la ruptura de la fuente
• Dando a luz en un lugar limpio
Los NIH apoyan las investigaciones a nivel mundial que buscan prevenir las muertes maternas por septicemia.
Mejor detección de septicemia durante el embarazo
La detección de la septicemia materna puede ser un desafío. Los cambios relacionados con el embarazo, como un ritmo cardíaco más rápido, pueden enmascarar los signos de septicemia. Los investigadores observaron cinco herramientas de detección que los proveedores de atención de salud suelen utilizar para detectar la septicemia materna. Dos de estas herramientas estaban "ajustadas al embarazo". Eso significa que tienen en cuenta cambios específicos que se presentan en el cuerpo durante el embarazo. Las otras tres herramientas fueron diseñadas para la detección de la septicemia en general.
Los investigadores encontraron que los exámenes de detección realizados entre las 20 semanas (aproximadamente cinco meses) de embarazo y tres días después del parto eran más precisos cuando el proveedor usaba una herramienta ajustada al embarazo. Los exámenes de detección realizados fuera de ese período deben hacerse con herramientas que no estén ajustadas al embarazo.
Los investigadores recomiendan que los pacientes con resultados positivos de septicemia reciban evaluaciones de salud de seguimiento.
Un antibiótico en dosis única reduce el riesgo de septicemia después del parto
Un estudio llamado A-PLUS (en inglés) probó si administrar el antibiótico azitromicina a las mujeres que dieron a luz a bebés por vía vaginal podría ayudar a reducir el riesgo de septicemia.
Durante el lapso de dos años, los investigadores estudiaron a más de 29,000 mujeres embarazadas que vivían en países de ingresos bajos y medios. Estos países luchaban contra la saturación de los centros de salud y la escasez de parteras calificadas. También tenían acceso limitado al agua y al saneamiento. Todos estos factores aumentan el riesgo de septicemia y muerte relacionada con el embarazo.
Las mujeres del ensayo recibieron al azar una dosis única de azitromicina o un placebo durante el trabajo de parto. Las que tomaron el medicamento tuvieron menos probabilidad de desarrollar septicemia o morir dentro de las seis semanas posteriores al parto que las que recibieron un placebo. Además, tuvieron menos probabilidad de desarrollar endometritis y de necesitar visitas hospitalarias adicionales.