David Kaye nunca pensó que algo pudiera hacerle daño.
Pasó 25 años en el ejército como boina verde y combatió tres veces en Vietnam.
Pero después de ir al médico en 2010 con un dolor de garganta que no desaparecía, David estaba asustado.
Le diagnosticaron cáncer de garganta en estadio 3. Aunque había dejado de fumar unos años antes, fumó cigarrillos durante casi 50 años.
"A la mañana siguiente, miré a mi esposa y le dije: No tengo tiempo para esto. Lo voy a derrotar", dijo David.
Un largo camino por delante
Después de la operación para quitar los tumores cancerosos, David se enfrentó a una recuperación intensiva. Durante siete semanas, recibió radiación dos veces por día y quimioterapia una vez por semana.
Siempre estaba agotado. Adelgazó 102 libras en sólo cuatro meses.
"No tenía idea de que la recuperación iba a ser tan difícil", recuerda.
Marguerite, la esposa de David, inmediatamente se ocupó de cuidarlo. Ella lo llevó a las citas, le dio medicamentos y lo ayudó a bañarse y a vestirse.
Las dificultades de cuidar a alguien
David lidió con las dificultades de la recuperación y Marguerite se ocupó de cuidarlo.
Ella dedicó la mayor parte de su tiempo a la recuperación de David y puso sus propias necesidades de lado. Además de atender a David, se encargó de los quehaceres y recados diarios.
Para ayudarse, habló con otros proveedores de cuidados sobre sus experiencias y se tomó tiempo para sí misma. Leía libros, hacía yoga en su dormitorio y caminaba todos los días.
"Está bien"
David dijo que tener a Marguerite a su lado fue fundamental durante su recuperación.
"Soy un tipo bastante independiente, así que me gusta hacer las cosas solo. Pero durante el tratamiento, simplemente no podía", dijo. "Creo que ambos aprendimos muchas cosas uno del otro que antes de esto no sabíamos".
Marguerite aprendió también sobre su experiencia como proveedora de cuidados. Quiere que otras personas sepan que está bien. Está bien sentirse impaciente, agotado o incluso enfadado.
"De tanto en tanto uno se siente abrumado y tal vez un poco enojado por la situación", explicó. "Es normal sentirse así".
Marguerite y David también enfatizan la importancia del cuidado personal, algo que muchos proveedores de cuidados olvidan.
"No se puede cuidar a otro relegándose uno mismo todo el tiempo", explica Marguerite. "Hay que hacerse tiempo para uno siempre que se pueda, aunque sea para una siesta".