¿Está ayudando a un ser querido con las tareas diarias, los cuidados médicos o el apoyo emocional? Si es así, usted es un cuidador... y no está solo. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) (en inglés), casi uno de cada cinco adultos en Estados Unidos es un cuidador, y la cifra aumenta a medida que envejece la población.
Cuidar de alguien puede ser una experiencia muy gratificante, pero también física y emocionalmente agotadora. Ya sea cuidar a un padre anciano, a un cónyuge con una enfermedad crónica o a un amigo que se recupera de una operación, es fácil centrarse tanto en sus necesidades que uno se olvida de uno mismo.
Pero la cuestión es la siguiente: si está agotado, se agita con facilidad, se siente desconectado de los demás o es incapaz de ocuparse de sus propias necesidades, si no "llena su propia taza" (en inglés), no podrá ofrecer a sus seres queridos los mejores cuidados.
Su salud importa
Los cuidadores suelen dejar de lado su propia salud. Las investigaciones demuestran que los cuidadores corren un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como hipertensión, cardiopatías y depresión. Por eso es tan importante prestar atención a sus propias necesidades de salud.
No siempre es fácil reconocer cuándo se está exigiendo demasiado, así que esté atento a estas señales:
• ¿Se siente constantemente cansado o agobiado?
• ¿Se irrita fácilmente?
• ¿Tiene problemas para dormir?
• ¿Ha perdido el interés en las actividades que antes disfrutaba?
• ¿Tiene dolores de cabeza frecuentes u otros problemas físicos?
Si algo de esto le resulta familiar, puede que haya llegado el momento de enfocarse en su autocuidado.
Prevención y control del estrés del cuidador
Muchos cuidadores se sienten culpables por dedicarse tiempo a sí mismos. Pero recuerde que cuidarse no es ser egoísta; es necesario para su salud y bienestar, lo que beneficia directamente a la persona a la que cuida.
Estos son algunos consejos del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento y del Instituto Nacional del Cáncer para ayudarle a cuidar de su propia salud física y mental mientras está ahí para otra persona:
1. Deje que los demás le den una mano
Como cuidador, puede que sienta que tiene que hacerlo todo. Pero no está solo en esto. Pida ayuda a amigos y familiares, y no tenga miedo de decir que sí cuando alguien le ofrezca apoyo.
Especifique lo que necesita. Tal vez un amigo pueda ir al supermercado o un familiar pueda sentarse con su ser querido durante una hora mientras usted se toma un descanso. Muchas personas quieren ayudar, sólo que a lo mejor no saben cómo.
2. Tómese tiempo para recargarse
Intente hacer algo por usted mismo cada día. Puede leer un capítulo de un libro que le guste, practicar la respiración profunda o la meditación, o verse con un amigo. Aunque sólo sea un paseo o unos minutos de tranquilidad, alejarse de las responsabilidades del cuidado puede ayudarle a recargar las pilas.
3. Dé prioridad a su propia salud
Una de las partes más importantes del autocuidado es cuidar de la propia salud. Esto incluye mantenerse activo, seguir una dieta equilibrada, hidratarse y dormir lo suficiente.
También es importante que acuda a sus citas y exámenes médicos. Asegúrese de que su médico conozca su papel de cuidador y cuéntele cómo se ha sentido (tanto física como mentalmente).
4. Sea amable consigo mismo
Es común experimentar una amplia gama de emociones como cuidador. Puede sentirse frustrado, triste, resentido, alegre... ¡todo en el mismo día o incluso en la misma hora! Estos sentimientos son una parte normal de la experiencia de cuidar, y está bien expresarlos.
5. Reconozca cuándo es el momento de descansar
Si se siente abrumado, considere la posibilidad de hablar con un consejero o con su médico. Ellos pueden ofrecerle recursos y apoyo para ayudarle a manejar estos sentimientos.
Los servicios de relevo (en inglés), que ofrecen un alivio a corto plazo para los cuidadores principales, también pueden ser una opción. Los servicios pueden ir desde unas pocas horas de ayuda a domicilio hasta una breve estancia con su ser querido en el centro asistencial. Los servicios de relevo ofrecen a los cuidadores tiempo para descansar, viajar o pasar tiempo con otros familiares y amigos.
6. Conéctese con otros cuidadores
Los grupos de apoyo a cuidadores pueden ser una buena forma de hablar de su experiencia con personas que entienden por lo que está pasando. Su proveedor de atención médica o el centro de mayores de su localidad pueden recomendarle un grupo en su zona.
El autocuidado puede parecer abrumador en estos momentos, y eso es normal. No tiene por qué abordarlo todo a la vez. Incluso unos pequeños pasos pueden suponer una enorme diferencia en su bienestar... y en su capacidad para cuidar de los demás.