¿Qué pasaría si el autismo se pudiese diagnosticar observando el movimiento de los ojos de un niño?
Aunque la tecnología no es tan simple, el sistema de seguimiento de ojos creado con el apoyo de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) por la investigadora Karen Pierce, Ph.D., y su equipo, está allanando el camino para crear una herramienta más simple y económica de diagnóstico temprano de los trastornos del espectro autista (TEA).
La Dra. Pierce trabaja en el Centro de Excelencia para el Autismo de la Universidad de California en San Diego. Su laboratorio recibe fondos del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), uno de los Institutos Nacionales de la Salud.
La herramienta de detección, conocida como prueba GeoPref, usa luz infrarroja para seguir el movimiento de los ojos de un bebé mientras observa imágenes con formas geométricas en movimiento. La herramienta ha ayudado a diagnosticar correctamente a bebés autistas de sólo doce meses de edad, y en sólo minutos en vez de horas.
La importancia del diagnóstico temprano
Aunque los descubrimientos de la Dra. Pierce y otros investigadores indican que el autismo se puede diagnosticar al primer o segundo año de vida, en Estados Unidos la edad promedio del diagnóstico sigue siendo cuatro años. Esto puede hacerse más tarde aún en ciertas minorías raciales y étnicas y en comunidades marginadas, dice Lisa Gilotty, Ph.D.
La Dra. Gilotty es la jefa del programa de investigación de trastornos del espectro autista del Instituto Nacional de Salud Mental (en inglés). Antes de su trabajo actual como supervisora de los fondos de investigación del autismo en el Instituto Nacional de Salud Mental, la Dra. Gilotty estudió el trastorno por varias décadas y está dedicada a ayudar a los más de tres millones y medio de estadounidenses viviendo con autismo.
Una inquietud importante de los investigadores es ayudar a que los niños con autismo reciban apoyo rápido, para ello el diagnóstico precoz es clave.
"En última instancia, el objetivo es ofrecerles a las personas con autismo las mismas oportunidades para que elijan la vida que quieran".
- Lisa Gilotty, Ph.D.
"Si el diagnóstico se retrasa, puede tener un efecto dominó en el desarrollo", explica la Dra. Gilotty. "Se ha comprobado que la intervención temprana mejora los resultados de los niños pequeños con autismo. Por eso se necesitan herramientas sensibles y válidas para poder evaluar a los niños y ofrecerles servicios antes".
Por eso es que las tecnologías como la desarrollada por la Dra. Pierce son fundamentales. La prueba se puede hacer en el consultorio del pediatra con la ayuda de un profesional capacitado. No requiere realizar pruebas durante horas en el consultorio de un especialista.
"Para hacer la prueba, el bebé se sienta en el regazo de la madre y mira una pantalla similar a la de una computadora, pero en la parte inferior del monitor hay una luz infrarroja invisible para el bebé ", explica la Dra. Pierce. "La luz rebota en la córnea del bebé y el ángulo en que la luz se refleja en la máquina indica hacia dónde está mirando el bebé".
Algunos bebés con autismo no examinan las imágenes que observan de la manera esperada. Y si la mirada de un bebé no es normal, en el 86% de los casos obtienen un diagnóstico de trastorno del espectro autista. En los próximos años, la Dra. Pierce espera llevar esta tecnología a más consultorios pediátricos y centros de salud del país.
Prestar atención
Para los padres que creen que su hijo puede tener un trastorno del espectro autista, la Dra. Pierce dice que algunos signos comunes que se deben observar incluyen si el niño tiene actividades o intereses limitados, o movimientos corporales repetitivos como aletear las manos o golpear las muñecas.
Otros signos incluyen una menor atención compartida con los padres. Algunos ejemplos de atención compartida son mirar lo mismo que la madre o el padre, o fijarse si los padres lo están mirando mientras juega. Los niños con trastornos del espectro autista tienen dificultad con estos tipos de atención conjunta y suelen mostrar retraso en hacer cosas como señalar objetos, lo cual es importante para orientar la atención de otras personas.
"Otra señal temprana es la dificultad para divertirse con personas diferentes de los padres, por ejemplo, al jugar a esconderse o al hacerle cosquillas. La mayoría de los niños muestran que se están divirtiendo, pero a los niños autistas les cuesta jugar y divertirse con personas que no sean sus padres", añade la Dra. Pierce.
Si los padres sospechan que su hijo tiene autismo, la Dra. Pierce recalca la importancia de ver al pediatra uotro profesional de la salud.
Otras investigaciones
Otro campo de investigación importante para los NIH es el apoyo a los adultos con autismo. Los investigadores están creando estrategias de apoyo con el empleo, la capacitación laboral, la promoción de la salud, la vida independiente y las relaciones sociales.
"Este es un campo importante porque la investigación ha demostrado que los adultos con autismo suelen tener peores resultados que las personas con otros trastornos", dice la Dra. Gilotty. "Es claro que su nivel de participación en su comunidad disminuye cuando terminan la escuela secundaria, y eso puede llevar a un mayor aislamiento".
Otros estudios prometedores financiados por los NIH están analizando ciertos cambios sutiles en el cerebro de bebés que podrían indicar signos de autismo a los seis meses, y las maneras en que esta información se podría utilizar para hacer pruebas de detección. Los investigadores también estudian atentamente las causas del autismo y las maneras en que puede coincidir con otras afecciones, como el trastorno por déficit de atención ehiperactividad (TDAH), la ansiedad o la depresión.
"Comprender mejor las causas del autismo permite que las intervenciones y servicios se personalicen y sean más precisos", dice la Dra. Gilotty. "En última instancia, el objetivo es ofrecerles a las personas con autismo las mismas oportunidades para que elijan la vida que quieran".