El sarampión es una enfermedad muy contagiosa, es decir, se propaga fácilmente. El síntoma característico es un sarpullido rojo con manchas.
El sarampión es tan contagioso que si una persona se enferma, hasta el 90 % de la gente cercana que no es inmune (es decir, que no se ha vacunado o no ha tenido la enfermedad) también contrae la infección.
Aunque los síntomas suelen durar poco tiempo, hay complicaciones que pueden causar problemas de salud graves.
Síntomas
Antes del sarpullido, por lo general se tiene una fiebre que luego se convierte en tos, goteo nasal y ojos rosados o rojos. Después aparece un sarpullido de manchas rojas pequeñas que se disemina. Suele comenzar en la cabeza y se extiende por el cuerpo.
Otros síntomas incluyen sentirse adolorido y agotado, y tener pequeñas manchas blancas en la boca. El sarampión no debe confundirse con la rubéola (los nombres en inglés de estas enfermedades se parecen: measles y German measles).
Duración y período contagioso
Los síntomas del sarampión suelen durar de cinco a seis días.
Las personas con sarampión pueden transmitir la enfermedad cuatro días antes de que aparezca el característico sarpullido, y cuatro días después de que ha desaparecido.
Complicaciones
El sarampión puede causar problemas de salud más graves, especialmente en las personas que son demasiado jóvenes para vacunarse. También puede causarles daño a aquellos que tienen sistemas inmunitarios débiles o cuya salud no les permite recibir la vacuna, como pacientes con cáncer o de trasplante, y los adultos mayores.
Las complicaciones incluyen infecciones de oído que pueden causar pérdida auditiva permanente, neumonía e inflamación del cerebro.
Otra complicación, la panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE, por sus siglas en inglés), es una enfermedad del sistema nervioso central muy rara que puede causar la muerte. En general, aparece de siete a diez años después de que una persona ha tenido sarampión.
Tratamiento
Aunque no hay tratamiento para el sarampión, hay una vacuna que puede prevenirlo.
La vacuna contra el sarampión se combina con dos vacunas que previenen las paperas y la rubéola. Esta combinación se conoce como vacuna vírica triple o MMR, por sus siglas en inglés. En general, los niños reciben esta vacuna en dos dosis: la primera alrededor del primer año de edad y la segunda entre los cuatro y los seis años.
La segunda dosis asegura que el niño haya desarrollado inmunidad contra el sarampión, las paperas y la rubéola. Para la mayoría de las personas, una dosis alcanza. Sin embargo, para que haya suficientes personas inmunes para proteger a los demás, los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (este enlace lleva a una página en inglés) recomiendan que todos reciban una vacuna de refuerzo.
Cómo vacunarse
Si usted no ha recibido la vacuna contra el sarampión o no está seguro si fue vacunado, puede vacunarse a cualquier edad. Consulte con su médico o profesional de la salud para decidir la mejor manera de que usted y sus seres queridos se vacunen.