El Dr. John Pandolfino trabaja con el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de los NIH en el estudio de formas de aliviar el dolor abdominal, como el de la acidez estomacal.
El Dr. Pandolfino trabaja en Northwestern University, donde instruye y dirige a un equipo de investigadores.
El experto habló con la revista NIH MedlinePlus sobre la investigación más reciente en este campo y compartió sugerencias para las personas con acidez estomacal y problemas relacionados.
¿Por qué decidió estudiar la acidez estomacal?
Cuando me estaba especializando y era un médico en práctica en la Northwestern University, algunos de los mejores trabajos de investigación se centraban en la motilidad y la fisiología gastrointestinal. Esto se refiere a la contracción del músculo liso del tracto gastrointestinal.
Lo que me inspiró de este campo es lo lógico que es. Se basa en las leyes de la dinámica de fluidos y en la biomecánica.
También me interesó porque vengo de una familia de fontaneros. De cierta manera, siento que sigo en el negocio familiar. Soy una especie de fontanero de seres humanos que trata de evitar los atascos, los bloqueos y el retroceso de los alimentos.
"Las personas que utilizan medicamentos inhibidores de la bomba de protones (IBP) no deben pensar que este tratamiento es para toda la vida".
- Dr. John Pandolfino
¿En qué consiste su investigación más reciente?
Hemos estado qué tan bien las pruebas diagnósticas pueden identificar mediciones y marcadores específicos que podrían predecir quiénes necesitan reducir o aumentar el tratamiento del reflujo gastroesofágico.
Por ejemplo, usamos una cápsula inalámbrica que mide la acidez total durante cuatro días. Uno se la traga y circula en forma segura por el tubo digestivo igual que un bocado de comida.
Eso puede ayudarnos a predecir qué personas con síntomas de acidez estomacal necesitan realmente un inhibidor de la bomba de protones (IBP). Los IBP son un grupo de medicamentos cuyo propósito principal es reducir la producción de ácido estomacal. Queremos identificar a los pacientes que pueden dejarlos usando otras terapias y aquellos que realmente los necesitan.
¿Qué ha descubierto su investigación?
Ahora podemos ayudar a los pacientes a comprender mejor por qué necesitan seguir tomando los medicamentos, o por qué no.
Por ejemplo, si las imágenes tomadas por la cápsula no muestran evidencia de acidez, esa persona puede dejar de usar IBP.
También descubrimos que, en las personas con demasiada acidez, podemos identificar más fácilmente a las que necesitan un tratamiento más intenso que un IBP, como un procedimiento endoscópico o una cirugía para fortalecer la barrera contra el reflujo.
¿Qué efecto podría tener esto en la manera en que se trata a los pacientes?
Ayuda a entregar a los pacientes un mensaje importante: ya no estamos adivinando si necesitan o no este medicamento, podemos decírselo con certeza. No vamos a darles un medicamento que no necesitan.
Suena simplista, pero sería una estrategia mucho más económica.
¿Qué sugerencias tiene para las personas con acidez estomacal?
Vea a su médico de atención primaria para evaluar su riesgo general de tener una afección conocida como esófago de Barrett. Esto ocurre cuando el reflujo gastroesofágico daña las células que revisten el esófago. Si las células se reproducen anormalmente, pueden causar cáncer esofágico.
Hay muchas medidas que las personas con acidez estomacal pueden tomar para controlar sus síntomas, como alimentarse bien, bajar de peso, hacer ejercicio y reducir el estrés. Disminuir el estrés influye mucho en la gravedad de los síntomas.
Las personas que utilizan medicamentos inhibidores de la bomba de protones (IBP) no deben pensar que este tratamiento será para toda la vida. Si tiene acidez estomacal y necesita un IBP, primero debería modificar su estilo de vida. Es increíble cuántas personas pueden dejar de tomar el IBP y usar sólo antiácidos cuando los necesiten.