El Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) ayuda a financiar miles de estudios en todo el país para comprender mejor y tratar más eficazmente el cáncer de seno, que afecta a una de cada ocho mujeres estadounidenses durante su vida.
Entérese en qué consisten cuatro de esos estudios:
El ejercicio para combatir el cáncer de seno
Un número creciente de estudios muestra que el ejercicio regular puede mejorar las probabilidades de una mujer de sobrevivir el cáncer de seno. Una mejor noticia la tiene un estudio reciente financiado por el NCI. La actividad física también se ha relacionado con una mayor supervivencia y un menor riesgo de que la enfermedad reaparezca en personas con cáncer de seno de alto riesgo. En ese estudio, las mujeres que cumplieron con las pautas de ejercicio mínimo semanal, tanto antes del diagnóstico como después de terminar el tratamiento, tuvieron un 55% menos de probabilidades de que el cáncer reapareciera. También tuvieron un 68% menos de probabilidades de morir por cualquier causa. Las pautas federales recomiendan que los adultos hagan de 2.5 a 5 horas de actividad física de intensidad moderada, o de 1.25 a 2.5 horas de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa cada semana.
Análisis menos invasivo de los tumores
En un estudio pequeño apoyado por el NCI, los investigadores analizaron los cambios proteínicos y genéticos de un tumor con sólo una muestra pequeña de tejido, tomada mediante una biopsia con aguja única. El análisis del tejido tumoral puede ayudar a los médicos a determinar si un paciente se beneficiará con un tratamiento específico. Sin embargo, hasta ahora este procedimiento requería la extracción de una gran cantidad de tejido. Pero los científicos han desarrollado un nuevo enfoque “a microescala” que permite analizar una muestra de tejido mucho más pequeña. Esto hace que la prueba sea menos invasiva para los pacientes.
Luces exteriores nocturnas pueden aumentar riesgo de cáncer de seno
Las mujeres posmenopáusicas que viven en zonas con mucha luz nocturna pueden correr un mayor riesgo de cáncer de seno que las que viven en zonas con bajos niveles de luz. Estudios anteriores demostraron que hay una relación entre la exposición a la luz exterior artificial durante la noche y el riesgo de cáncer de seno. Pero a menudo no medían con precisión la exposición a la luz. Un estudio reciente financiado por el NCI examinó los índices de cáncer de seno de mujeres posmenopáusicas durante 16 años utilizando datos de satélite para medir su exposición a la luz nocturna exterior. El estudio encontró que el riesgo de cáncer de seno de las que vivían en las zonas con más luz por la noche era un 10% mayor.
Puntuación de una prueba puede ayudar a las mujeres sobre su tratamiento
Las mujeres con el tipo más común de cáncer de seno en etapa temprana pueden recibir quimioterapia y terapia hormonal o sólo terapia hormonal. Pero hasta ahora no era claro cuál tratamiento es el mejor. Un nuevo test llamado Oncotype DX puede ayudar a las mujeres a elegir. La prueba le da al paciente un puntaje de 0 a 100 respecto de su riesgo de reaparición del cáncer reaparezca. En un análisis reciente del NCI, las mujeres con cáncer de seno en etapa temprana que tenían una puntuación de 26 o más en la prueba, obtuvieron mejores resultados con la quimioterapia y la terapia hormonal. Hallazgos anteriores mostraron que las mujeres con una puntuación de menos de 26 podían saltarse la quimioterapia y recibir sólo terapia hormonal, y aun así lograr buenos resultados.