Brianna Shevlin, de 34 años, especialista en lectura educativa, ha tenido migrañas desde la escuela secundaria.
"No me di cuenta de inmediato de que lo que tenía eran migrañas", dice.
Al principio, pensó que eran simplemente dolores de cabeza fuertes. Cuando su madre tenía migrañas, se pasaba el día en su habitación con la puerta cerrada y las luces apagadas. Brianna pensó que como ella no tenía la misma reacción, lo suyo no eran migrañas. Pero los dolores de cabeza continuaron.
La búsqueda de un especialista
Finalmente, Brianna fue a ver a un neurólogo para averiguar la causa de sus dolores de cabeza. El neurólogo pidió una resonancia magnética (RM) del cerebro, que mostró que estaba anormalmente cerca del cráneo. El neurólogo le explicó que esto, y el hecho de que su padre también tenía el mismo problema, probablemente la predisponía a las migrañas.
El médico revisó la resonancia magnética y le preguntó a Brianna acerca de sus síntomas, que incluían un dolor en las sienes que le duraba más de tres días, náuseas, fatiga y mareos. Le diagnosticaron migrañas y para ayudarle a controlar el dolor, le recetaron un medicamento que se usa para la presión arterial alta.
Los altibajos de las migrañas
Al crecer, Brianna ha tenido una combinación de migrañas graves y de otras menos intensas.
A los 22 años, tuvo una migraña mientras estaba enseñando. Por primera vez, uno de sus síntomas fue el aura de la migraña. El aura hace que una persona vea una bruma, una luz o una estática anormal en el campo visual. Brianna no entendía lo que le pasaba.
"Pensé que estaba teniendo un accidente cerebrovascular", recuerda Brianna. "No me podía concentrar y la habitación se convirtió en un remolino. Luego un lado de mi visión se inmovilizó. No podía sentir el lado izquierdo del cuerpo ni ver nada por el ojo izquierdo".
La tía de Brianna la llevó de inmediato al hospital para que la revisaran. Resultó ser que tenía una migraña muy fuerte y no un accidente cerebrovascular. Fue difícil porque su madre estaba en el mismo hospital recibiendo su primer ciclo de quimioterapia.
"Mis abuelos estaban allí y se turnaban para cuidarnos a mí y a mi mamá", recuerda.
Aunque la gravedad de sus migrañas ha aumentado con la edad, Brianna ha perfeccionado su tratamiento para tratarlas más eficazmente.
Ahora, cuando siente que está por venirle una migraña, toma sumatriptán, un medicamento recetado que le alivia el dolor. Brianna también bebe mucha agua y duerme lo suficiente para controlar sus migrañas. Trabaja de cerca con su neurólogo y su médico de atención primaria para tomar los medicamentos adecuados y recibir el mejor tratamiento.
Tomarse tiempo para descansar y recibir apoyo
Cuando le viene una migraña, Brianna ha encontrado maneras de organizar su horario.
Por ejemplo, les ha explicado a sus compañeros de trabajo y a las familias con las que trabaja que tiene migrañas y que a veces tiene que cancelar citas o necesita apoyo adicional.
"Cuando las migrañas son graves, es importante cuidarse y encontrar la mejor manera de conseguir alivio", añade Brianna.