La carne roja magra (sin grasa), consumida con moderación, es una gran fuente de proteínas, hierro, vitamina B12 y zinc. Pero demasiada carne roja puede ser perjudicial para la salud.
Cuando quiera darse el gusto, elija cortes de carne magros, ya que algunas carnes rojas tienen mucha grasa saturada.
La investigación más reciente, realizada con el apoyo de los Institutos Nacionales de la Salud, ha encontrado una conexión entre el consumo diario de carne roja y el aumento de los niveles de una sustancia química que se ha relacionado con las enfermedades cardíacas. Esto sugiere que esta sustancia, el N-óxido de trimetilamina (TMAO, por sus siglas en inglés), aumenta mucho cuando se consume una dieta rica en carne roja. Los estudios anteriores han relacionado el TMAO con un mayor riesgo de ataque al corazón y accidente cerebrovascular.
La enfermedad cardíaca ocurre cuando los vasos sanguíneos del corazón son obstruidos por depósitos de grasa o placa. Esto aumenta el riesgo de formación de coágulos y ataque al corazón.
Los investigadores también descubrieron que cuando las personas que estudiaron dejaron de comer carne roja y cambiaron por un mes a una dieta de aves de corral o vegetariana, sus niveles de TMAO se redujeron considerablemente.
Antes de eliminar la carne roja de su dieta, hable con su médico o profesional de la salud.