La hora de la alimentación puede ser difícil para los padres primerizos, especialmente puesto que los bebés no pueden usar palabras para decirles cuando tienen hambre y cuando están satisfechos. Por fortuna, los bebés usan señales e indicaciones no verbales para comunicarse cuando necesitan comer y cuando han comido lo suficiente. Es importante que los padres reconozcan estas señales y respondan a ellas de manera rápida, cálida y constante—es decir, con una estrategia llamada “alimentación perceptiva”.
Los hábitos de alimentación saludable duran toda la vida
La práctica de la alimentación perceptiva cuando el niño es un bebé enseña buenos hábitos y aptitudes de alimentación que lo mantienen sano a medida que crece. Eso sucede porque la alimentación perceptiva les enseña a los niños a:
- Reconocer cuando el cuerpo les indica que tienen hambre y cuando están satisfechos (y a confiar cada vez que sienten eso).
- Comunicar claramente sus necesidades a otras personas.
- Comer cuando tienen hambre y dejar de hacerlo cuando están satisfechos (y no cuando alguien les dice que coman o dejen de hacerlo).
Cómo practicar la alimentación perceptiva con su niño
Aprenda a reconocer cuando el niño tiene hambre y cuando está satisfecho. Los bebés necesitan comer cuando tienen hambre, pero no deben comer más de lo necesario. Observe cuidadosamente al bebé para ver si da alguna señal de que está listo para comer y de que está satisfecho.
Las señales de que el bebé puede tener hambre incluyen las siguientes:
- Abrir y cerrar la boca, mover las manos hacia la boca o introducirse cosas en la boca.
- Hacer ruidos como si chupara algo.
- Ponerse las manos sobre el estómago.
- “Buscar” (abrir la boca y moverse para ver dónde hay comida).
Las señales de que el bebé puede estar satisfecho incluyen las siguientes:
- Comenzar a comer y dejar de hacerlo a menudo.
- Comer más despacio o quedarse dormido mientras come.
- Cerrar la boca o alejarse de la comida.
- Escupir la comida, retirarla o no prestarle atención.
Si el bebé se muestra irritable y llora eso no siempre significa que tiene hambre. Los bebés lloran por muchas razones; por ejemplo, cuando están cansados e incómodos, comienzan a salirles los dientes o tienen frío. Un bebé que llora porque tiene hambre, generalmente muestra primero algunas otras señales de hambre.
Responda rápido y de manera apropiada. Responda inmediatamente cuando el bebé muestre señales de que tiene hambre y de que está satisfecho. Reconozca las indicaciones del bebé y atiéndalas pronto y con cariño.
Qué debe hacer:
- Comience a alimentar al bebé cuando dé señales de que tiene hambre.
- Asegúrese de que el bebé esté cómodo y evite las distracciones (apague la televisión y guarde el teléfono) para que ambos puedan concentrarse en la alimentación.
- Mantenga el contacto visual y toque al bebé para interactuar con él durante la alimentación.
- Permita que el bebé deje de comer cuando dé señales de que está satisfecho.
Qué no debe hacer:
- No pase por alto las señales del bebé.
- No obligue al bebé a comer después de que esté satisfecho.
- No alimente al bebé para que deje de llorar si no ha dado otras indicaciones de que tiene hambre.
Actúe de manera previsible. Establezca un horario, una estructura y una rutina uniformes para las comidas y las meriendas. Esto ayudará a que el bebé sepa qué esperar.