*Este artículo es una actualización del artículo original, publicado el 6 de julio del 2021. Se actualizó en julio del 2022 para incluir nueva información.
Aunque la mayoría de las personas que tienen la COVID-19 se recuperan al cabo de unas semanas, algunas luchan con síntomas y problemas cardíacos como niebla cerebral, fatiga, dolores de cabeza, mareo y dificultad respiratoria, aun meses después de que desaparece la infección inicial.
Médicos y científicos trabajan para entender estos misteriosos síntomas, a veces llamados “COVID de larga duración”. ¿Quién los tiene? ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo suelen durar? Para ayudar a responder estas y otras preguntas, los NIH se encuentran financiando investigaciones sobre los efectos de la COVID-19 a largo plazo, incluida la COVID de larga duración y otras afecciones posteriores a la COVID.
¿Qué es la COVID de larga duración?
La expresión “COVID de larga duración” se usa comúnmente para describir un grupo de síntomas y de problemas de salud que sufren algunas personas que han tenido la COVID-19 después de que desaparece la infección inicial.
Hay algunos términos diferentes para describir los efectos prolongados de la COVID-19. La COVID de larga duración es una de esas expresiones, pero es posible oír otras como “síndrome post-COVID”, “afecciones post-COVID”, “COVID crónica” o “secuelas después de la fase aguda de la infección por el virus SARS-Cov-2”. Se suele decir que la gente con COVID de larga duración recorre “un camino largo”
¿Cuáles son los síntomas?
Las personas han notificado una amplia gama de síntomas que afectan su capacidad para moverse, pensar y controlar su estado de ánimo. A menudo los síntomas empeoran después de hacer trabajo mental o físico, lo cual se llama, a veces, malestar por esfuerzo. Algunos de esos síntomas pueden incluir:
- Síntomas generales como:
- Fiebre
- Fatiga
- Dolor de las articulaciones o de los músculos
- Síntomas respiratorios o relacionados con el corazón como:
- Dificultad respiratoria
- Tos
- Dolor en el pecho
- Aceleración de los latidos del corazón
- Síntomas neurológicos (relacionados con el cerebro y el sistema nervioso) como:
- Dificultad para pensar o para concentrarse (a veces llamada niebla cerebral)
- Dolores de cabeza
- Problemas del sueño
- Ansiedad y depresión
- Mareo o tontura al ponerse de pie
- Síntomas digestivos como:
- Dolor de estómago
- Diarrea
Los síntomas pueden durar semanas o aun meses después de la infección por el coronavirus causante de la COVID-19. Pueden variar entre relativamente leves y graves y cambiar, desaparecer o volver a aparecer con el tiempo.
¿Qué causa la COVID de larga duración?
No está claro qué proceso biológico específico causa la COVID de larga duración, pero los investigadores han revelado algunas pistas que podrían aclarar esta misteriosa afección.
Una pista es la forma en que responde el sistema inmunitario de diferentes personas a la infección por el coronavirus causante de la COVID-19. La investigación muestra que es más probable que las personas con los síntomas más graves de la COVID-19 y con la COVID de larga duración tengan mayores concentraciones de anticuerpos nocivos llamados “autoanticuerpos”. Los autoanticuerpos son proteínas del sistema inmunitario que atacan y dañan el tejido sano e intervienen en muchas enfermedades autoinmunitarias.
Puede haber muchas causas de la COVID de larga duración, lo cual ayudaría a explicar la amplia gama de síntomas. Algunas de las teorías actuales son:
- Respuesta autoinmunitaria. Un sistema autoinmunitario sano ayuda a protegernos al luchar contra un virus o una infección. A veces, ataca por error a las células, los tejidos y los órganos sanos. Esto se llama “respuesta autoinmunitaria” y es lo que sucede en el caso de las enfermedades autoinmunitarias como el lupus, la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide. El virus causante de la COVID-19 puede estresar el sistema inmunitario a tal punto que desencadena una respuesta autoinmunitaria extrema que continúa después de que el paciente se ha recuperado de la infección inicial.
- Virus persistente. El virus podría ocultarse y seguir multiplicándose en el cuerpo por meses o aun por años. Esto significa que no causa síntomas inmediatamente y no es necesariamente infeccioso, pero podría causar síntomas más adelante.
- Virus latente. La COVID de larga duración podría presentar síntomas de infección por un virus latente (o inactivo) completamente diferente como el virus de Epstein-Barr, que causa nucleosis. Esta teoría propone que la infección por el coronavirus podría reactivar—o despertar—el virus latente.
- Daño de los órganos. La COVID-19 puede causar daño a largo plazo de los órganos o los vasos sanguíneos del cuerpo, lo cual puede ocasionar síntomas de la COVID de larga duración.
¿Quién puede tener la COVID de larga duración?
Las estimaciones actuales sobre qué tan común es la COVID de larga duración en las personas que han tenido la COVID-19 varían ampliamente. Los investigadores trabajan para entender mejor quién tiene más probabilidad de sufrir las complicaciones de la COVID-19 a largo plazo, pero la investigación sobre quién tiene la COVID de larga duración también son complejas y tienen resultados mixtos. Las personas que han tenido casos graves de la COVID-19 parecen tener más probabilidades de presentar la COVID de larga duración, particularmente si han sido hospitalizadas o internadas en una unidad de cuidados intensivos. No obstante, algunas personas con la COVID de larga duración no presentaron ningún síntoma de la COVID-19 o solo tuvieron síntomas leves o moderados.
Otros grupos que pueden correr un mayor riesgo incluyen las mujeres, las personas afroestadounidenses, las personas que han tenido ciertos problemas de salud antes de tener la COVID-19 y las personas que no recibieron la vacuna contra la COVID-19.
¿Cómo se diagnostica y se trata?
No hay una prueba específica para diagnosticar la COVID de larga duración. Si tiene síntomas de la COVID de larga duración, debe hablar con su médico. Si sabe que ha tenido la COVID-19, usted y su médico pueden trabajar juntos para descartar otras causas posibles de sus síntomas.
Hasta cuando tengamos más información sobre los procesos biológicos en los cuales se basa la COVID de larga duración, el tratamiento de las personas con esa afección se concentra en manejar cada uno de los síntomas.
¿Cómo se estudia?
En diciembre del 2020, el Congreso de los Estados Unidos aprobó fondos por un monto de $1.150 millones por un período de cuatro años para investigaciones de los NIH sobre la COVID de larga duración y otros efectos prolongados de la COVID-19 para la salud.
En febrero del 2021, los NIH lanzaron un nuevo programa para identificar los factores de riesgo y las causas de la COVID de larga duración y ayudar a entender cómo se pueden prevenir o tratar.
¿Desea participar?
Hay muchas formas en que usted puede contribuir a la investigación sobre la COVID de larga duración. Puede hacer lo siguiente:
- Conectarse con la iniciativa RECOVER. La Iniciativa RECOVER de los NIH reúne a equipos de investigación, personas con la COVID de larga duración, proveedores de cuidado, especialistas clínicos y líderes comunitarios. Trabajan en varios estudios en diferentes sitios de la nación para entender mejor, prevenir y tratar la COVID de larga duración y otras afecciones que presentan los adultos y los niños después de tener la COVID-19. Busque un sitio de estudio de RECOVER e ingrese a un estudio.
- Obtener información sobre investigaciones encabezadas por los pacientes. El Grupo colaborativo de investigación dirigida por los pacientes es un grupo de científicos e investigadores nacionales, muchos de los cuales han tenido COVID de larga duración. Este grupo realiza investigación para definir y entender mejor los efectos de la COVID-19 a largo plazo, con un sólido enfoque en la experiencia de los pacientes.
- Ingresar a un ensayo clínico. Vaya a ClinicalTrials.gov para buscar estudios de la COVID de larga duración en curso alrededor del mundo e inscríbase para participar.
- Ingresar a un estudio en el Centro Clínico de los NIH. Obtenga información sobre la forma de participar en estudios de la COVID-19 en curso en los NIH.