Como becaria postdoctoral en la Subdivisión de Epidemiología Ocupacional y Ambiental (en inglés) del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), la Dra. Shuai Xie, Ph.D., MPH, colabora con expertos en la ciencia de la exposición y epidemiología del cáncer para explorar la exposición a los pesticidas entre los agricultores y sus familias. Su investigación, que usa datos del Estudio de Salud Agropecuaria, (un estudio en inglés financiado por el gobierno sobre la salud en las poblaciones agrícolas), podría mejorar nuestra comprensión de cómo los pesticidas ingresan a los hogares.
Para evaluar la exposición a contaminantes interiores como los pesticidas, los investigadores recolectan y analizan muestras de polvo del interior de las casas de las personas y las analizan en busca de residuos de pesticidas. La Dra. Xie compara las mediciones de pesticidas de estas muestras de polvo con las respuestas de los agricultores a un cuestionario. Ella analiza la cantidad de días que los agricultores informaron haber usado diferentes tipos de pesticidas y otra información sobre las prácticas laborales y los hábitos y características del hogar. Si encuentra una fuerte relación entre ellas, los científicos y los profesionales de salud pública podrían usar cuestionarios similares para estimar los niveles potenciales de exposición a pesticidas dentro de un hogar. Esto podría ahorrar tiempo y reducir algunos de los desafíos logísticos de recolectar y analizar muestras de polvo.
La Dra. Xie habló con la revista MedlinePlus de los NIH sobre cómo su investigación conecta la ingeniería con la salud pública.
¿Cómo se interesó por primera vez en la salud ambiental?
[En mi programa de doctorado en ingeniería] mi investigación se enfocó en medir cómo los materiales de construcción en interiores adsorben los contaminantes (la adsorción es cuando una sustancia se junta o acumula en una superficie) y los liberan. Estudié el tricloroetileno (una sustancia química líquida volátil que puede causar cáncer de riñón). El tricloroetileno se puede encontrar en el aire interior y exterior y en los espacios aéreos del suelo contaminado. Recogí cosas como alfombras, polvo y paneles de yeso e hice experimentos para medir su capacidad de adsorción: la cantidad de químicos que se acumulan en sus superficies.
Estudiar el entorno interior y ver las mediciones detectables me hizo sentir que nuestro entorno de vida podrían afectar potencialmente nuestra salud. Me interesé en la salud ambiental y ocupacional y quería entender cómo medir los contaminantes en interiores e identificar de dónde vienen. Al hacerlo, trabajé con epidemiólogos para comprender si esas exposiciones podrían afectar nuestra salud.
¿Cómo usa sus habilidades de ingeniería química y ambiental en su investigación actual?
En mi trabajo actual en el NCI, estamos analizando las concentraciones de pesticidas adsorbidos en el polvo doméstico de las comunidades agrícolas. Las muestras de polvo se recogen de las aspiradoras y se analizan en un laboratorio. Mi trabajo es interpretar esas mediciones. Uso modelos estadísticos para vincularlos con la información de pesticidas proporcionada por el agricultor. Mi objetivo es comprender cómo el uso de pesticidas por parte de un agricultor fuera del hogar contribuye a las concentraciones de pesticidas dentro del hogar.
Siento que mi trabajo actual es un puente entre mi formación en ingeniería y la salud pública. [Mi formación como ingeniera] me ayuda a comprender rápidamente el informe del laboratorio. Conozco los instrumentos que usaron y las ideas básicas detrás de los análisis, aunque no los haga yo misma.
También conozco las limitaciones tecnológicas en los laboratorios. Como ingenieros, medimos muestras y obtenemos una cifra, pero no siempre sabemos cómo es la mejor manera de interpretarla. La ingeniería por sí sola no puede explicar si esa cifra significa que existe un riesgo para las personas. Como equipo multidisciplinario de científicos de exposición y epidemiólogos, colaboramos para interpretar los hallazgos en relación con la salud pública.
¿Por qué es este trabajo importante para la salud pública?
La mayoría de las personas piensa que los agricultores se exponen a los pesticidas porque tienen mucho contacto directo [en su trabajo]. Sin embargo, las investigaciones también muestran que el polvo en sus casas tiene concentraciones más altas de pesticidas que el polvo de las casas no agrícolas. Esto significa que otras personas que viven en la granja, sus cónyuges, sus hijos, podrían también tener una posible exposición a los pesticidas, incluso cuando no participan directamente en las actividades agrícolas. También se debe estudiar su exposición a los pesticidas.
También queremos saber de dónde vienen esos químicos. Cuando los agricultores trabajan en el campo, ¿traen [los pesticidas] a casa con ellos? Estamos explorando cómo sus actividades en el trabajo y en el hogar podrían contribuir a las concentraciones de pesticidas en interiores. Esto incluye la frecuencia con la que usan pesticidas, por cuántos años han tenido las alfombras y las casas, y si los agricultores se quitan los zapatos antes de entrar a sus casas.
El enfoque de mi investigación es medir la cantidad de un contaminante que hay en un hogar y evaluar los factores que podrían influir esos niveles. Mi trabajo lo pueden usar otros investigadores para ayudar a identificar posibles estrategias de mitigación (cambios que minimizan o previenen el riesgo).
Hay algún hallazgo temprano o conclusión que pueda compartir?
En general, descubrimos que cuanto más un agricultor usa un pesticida, mayores son las concentraciones del mismo en sus hogares. Las casas que están cerca de campos tratados con pesticidas tienen también concentraciones más altas de pesticidas que las que están más lejos.
También encontramos otras actividades que pueden estar relacionadas con concentraciones más altas de pesticidas en los hogares. Estas incluyen cuando usan un pesticida dentro del hogar (por ejemplo, para tratar hormigas o termitas), en sus gatos o perros (como en tratamientos contra pulgas y garrapatas), o en su jardín (para tratar insectos y malezas).
¿Qué parte de su investigación le entusiasma más?
Primero, disfruto investigando en la intersección de la ingeniería y la salud pública. La ingeniería y la salud pública son disciplinas bastante diferentes, y el vínculo no siempre es obvio. Trabajar en la ciencia de la exposición me hace sentir que puedo aplicar lo que he aprendido de ambas disciplinas y unirlas. Hay muchas preguntas desafiantes en la [ciencia de la exposición], y es emocionante aprender habilidades que puedo usar para ayudar a responderlas.
¿Cómo su investigación ha cambiado su comportamiento en el hogar?
En mi programa de doctorado, medí cuánto tricloroetileno podría adsorberse en diferentes materiales de construcción. A pesar de que solo se encontró en concentraciones bajas, me hace ser más cautelosa. Limpio con mucha más frecuencia que antes. Me hace ser cautelosa con los productos químicos que elijo usar en mi hogar, ya que pueden adherirse a nuestros muebles y materiales de construcción.
¿Qué es lo que más le gusta de trabajar en el NCI?
El NCI es un entorno muy solidario e interdisciplinario. Hay mucha colaboración entre diferentes grupos: es un gran lugar para que los becarios aprendan desde muchas diferentes perspectivas. He aprendido a trabajar con múltiples colaboradores en el mismo proyecto. No es jerárquico: nos llamamos por nuestro nombre de pila.
En el NCI, recibo mucho apoyo de mi mentora [Investigadora principal] Dra. Melissa Friesen, Ph.D. Ella me enseñó mucho sobre la ciencia de la exposición y realmente se preocupa por mí no solo como científica sino también como persona. A ella le interesan mis ideas y en qué dirección quiero ir con mi carrera. Ella entiende lo importante que es esta etapa de la carrera [para los jóvenes investigadores].