Judy Congdon tiene piel blanca, ojos claros y se le forman pecas con facilidad. Estas características de por sí son factores de riesgo del cáncer de piel. Y hace años, mientras estudiaba para el examen de teniente de bomberos y sus dos hijos eran aún pequeños, trabajaba en un salón de bronceado donde podía broncearse gratis. Judy tiene una predisposición genética, es decir, un riesgo de tener la enfermedad. Dos de sus abuelos tenían melanoma, una forma grave de cáncer de piel.
Hace siete años, fue a ver a su dermatólogo porque le preocupaban unas manchas ásperas y escamosas que tenía en le piel. Pero luego no hizo el seguimiento recomendado. Como tantas otras cosas, la vida se le complicó. Además de cuidar a su familia, se estaba recuperando de un accidente en el trabajo que la obligó a someterse a años de fisioterapia y a muchas operaciones, y a retirarse de forma prematura del cuerpo de bomberos.
Ahora Judy tiene 45 años y le han diagnosticado la enfermedad de Bowen, una forma de cáncer de piel que incluye el carcinoma de células escamosas y la queratosis actínica (en inglés). Ha tenido que someterse a un tratamiento de quimioterapia tópica, es decir, en la piel, para "quemar" las manchas cancerosas. Este proceso ha sido doloroso y se le han formado costras en toda la cara que le pican y se caen poco a poco. Va a tardar meses en curarse y mientras tanto siente náuseas y fatiga constantes por el tratamiento.
En esta entrevista cuenta lo que ha aprendido y lo que hace para preparar a la próxima generación para protegerse del sol.
¿Cómo notó sus manchas cancerosas más recientes?
Una amiga se dio cuenta. Salimos a cenar y me dice: "Te rascas mucho la frente". Era el mismo lugar que me había señalado antes mi peluquero.
Me rascaba la parte de arriba de la frente y la sien del lado opuesto. Esas eran las dos manchas (cancerosas) que se veían. Pero ésta vez era diferente de hace siete años. Ahora estaban escamadas todo el tiempo. Por mucha crema hidratante que me pusiera y por más hidratada que me sintiera, estas manchas estaban descamadas y siempre secas.
¿Qué idea tenía del cáncer de piel antes del diagnóstico o antes de ver con regularidad a un dermatólogo?
Yo soy una de esas personas que se creen que son invencibles. A pesar de todas las operaciones que me han hecho, me siento como si fuera invulnerable. Mi abuela materna tuvo un melanoma y mi abuelo paterno también. Y hace unos años una amiga falleció por esta enfermedad. Uno pensaría que después de perder a una amiga habría empezado a hacerme revisar, pero no lo hice. En ese momento, aunque sabía que era algo real porque vi a alguien morir a causa de esto, no me lo tomé suficientemente en serio.
¿Y qué aprendió sobre los exámenes anuales de la piel?
Me gustaría que más personas se hicieran un examen anual. Ojalá lo hubiera sabido antes yo. El hecho de que yo no lo viera no significa que no estuviera ahí. Por eso es tan importante hacerse un examen. Eso es lo que me gustaría que la gente aprenda de mi historia, si no ve algo, eso no significa que no esté ahí. Si sospecha que podría tener cáncer de piel, hágase revisar. Vea a un dermatólogo. Si tiene predisposición al cáncer de piel, vea a un profesional y hágase exámenes periódicos.
¿Qué ha aprendido acerca de la salud personal a partir de esta experiencia?
Si usted es proactivo con su cuerpo y su salud, puede prevenir enfermedades como ésta que estoy teniendo ahora. Se podría haber prevenido. Yo me descuidé. Siempre postergaba ver al dermatólogo porque no me ocupaba de mi cuerpo como un todo. Respondía sólo a los problemas del momento.
¿Qué sugerencias específicas tiene para otros padres?
Mi hija es pelirroja y con pecas y se va a hacer revisar la piel todos los años (Ser pelirrojo y tener pecas puede aumentar el riesgo de algunas personas de cáncer de células basales, otro tipo de cáncer de piel). Voy a empezar con ella ahora que tiene 15. Ella entiende lo importante que es. Al verme pasar por esto, mis hijos no quieren que les ocurra nunca lo mismo. Me parece importante que los padres hagan revisar a sus hijos porque nunca es demasiado pronto.
¿Cuál es su plan diario actual para protegerse del sol, especialmente mientras se cura?
Mi plan consiste literalmente en usar mucho protector solar y sombreros de ala ancha cuando estoy al sol.
Mi novia y yo seguimos saliendo a pasear. Pero nos gusta hacerlo al final de la tarde. Yo evito estar afuera entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. No salgo a esas horas aunque no esté nublado, porque sigue habiendo rayos UV.
Usted compartió imágenes de su tratamiento en las redes sociales para ayudar a otros. ¿Qué repercusión ha tenido, para ellos y para usted?
Hay que tratar de ser humilde y, con conciencia, compartir nuestra historia para ayudar a los demás. Por eso no tengo problema en mostrar fotos de mi cara así como está.
Contar mi historia para ayudar a otros es muy terapéutico para mí. Aunque signifique que una sola persona vaya y se haga revisar. Desde que publiqué un artículo hace un mes, sé de cuatro personas que pidieren cita con un dermatólogo y que se han hecho revisar. Ayudar a otros me fortalece. Espero que alguien lea y diga: "Vaya, yo no quiero pasar nunca por eso, así que voy a pedir ya mismo una cita".
Nota del editor: La mejor protección contra todos los tipos de cáncer de piel es evitar los rayos UV con crema solar, usar ropa protectora del sol y evitar las camas de bronceado.