La vacuna triple vírica (MMR, por sus siglas en inglés), contra el sarampión, las paperas y la rubéola es una de las más eficaces. Si se reciben dos dosis, su eficacia contra estos virus es del 97 %.
Pero la Dra. Diane Griffin, Ph.D., una investigadora del Centro para la Salud Mundial de la Universidad Johns Hopkins, está tratando de mejorar el alto nivel de protección que esta y otras vacunas ya ofrecen.
Para lograrlo, está estudiando el virus del sarampión con la ayuda del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
Inmunidad de por vida
La Dra. Griffin y su equipo quiere comprender cómo es que las personas que han tenido sarampión quedan protegidas del virus por el resto de la vida.
"Si una persona tiene sarampión a los seis años, sigue siendo inmune a la enfermedad a los 85", dice la Dra. Griffin. "Eso es algo que se busca lograr con muchas vacunas".
Para comprender esto mejor, están comparando la vacuna con el virus.
La Dra. Griffin advierte que, aunque en vacunas como la MMR la inmunidad disminuye con el tiempo, sigue siendo suficientemente alta como para proteger a la mayoría de las personas de por vida. Por medio de la investigación, ella espera cerrar esa brecha, que ya es pequeña.
¿Los anticuerpos son la solución?
Como parte de la investigación, el equipo de la Dra. Griffin está estudiando la producción de anticuerpos.
Los anticuerpos son proteínas de la sangre que combaten las infecciones y las enfermedades. Una mayor producción de anticuerpos contra un virus como el del sarampión significa una mejor inmunidad o protección.
El equipo de la Dra. Griffin está estudiando cómo se producen anticuerpos contra el virus del sarampión, con el fin de averiguar qué genes contribuyen a la eficacia de los anticuerpos.
Una vez haya identificado estos genes, su equipo podrá tratar de aumentar los anticuerpos que la vacuna produce para ofrecer una inmunidad similar de por vida.
Cómo reducir las complicaciones
Una de las principales razones por las que la Dra. Griffin quiere mejorar las vacunas es eliminar las posibles complicaciones de enfermedades como el sarampión.
"La enfermedad natural es horrible", dice la Dra. Griffin.
La mayoría de las personas con sarampión se enferman por una semana, pero lograr que el cuerpo elimine el virus y se recupere por completo lleva meses o años.
Aunque esto les confiere una fuerte inmunidad, también puede ser peligroso. Algunos pacientes pueden tener síntomas o complicaciones a largo plazo que causan problemas de salud graves.
"Después de haber tenido sarampión es común tener otras infecciones, como neumonía bacteriana", añade la Dra. Griffin.
"Es por eso que el acceso a la atención médica hace una gran diferencia", explica la Dra. Griffin. "La mayoría de las muertes por sarampión se deben a infecciones relacionadas que suelen ocurrir uno o dos meses después de haber tenido la enfermedad".
Una complicación especialmente grave es la encefalomielitis postinfecciosa (también conocida como encefalomielitis diseminada aguda). Aunque es muy poco común, puede causar convulsiones y daño cerebral por años después de un caso de sarampión.
Mientras sigue tratando de mejorar la inmunidad que ofrecen las vacunas, la Dra. Griffin dice que las vacunas actuales son esenciales para mantener la buena salud.
"Para prevenir brotes y proteger a las personas que no pueden vacunarse, tenemos que mantener una tasa de inmunidad de más del 90 %", añade.