El sentido del gusto es importante para nuestra salud y felicidad. Nos ayuda a escoger los alimentos que consumimos y nos impide comer productos dañados y potencialmente venenosos. Degustar y comer son experiencias personales y sociales. Creamos recuerdos felices al consumir nuestros alimentos favoritos y al compartir comidas con otras personas.
Más de 200.000 personas consultan a un médico cada año por causa de algún problema del sentido del gusto o del olfato. Pero los científicos creen que el número real de personas con este trastorno es mucho mayor y que la vasta mayoría de la gente que tiene esos problemas no busca ayuda. Sorprendentemente, la mayoría de las personas que buscan ayuda por pérdida del sentido del gusto en realidad tiene más bien un trastorno del sentido del olfato.
Los sentidos del gusto y del olfato funcionan juntos
Los sentidos del gusto y del olfato están íntimamente relacionados. Al masticar la comida, se liberan aromas que se desplazan a través de un canal que conecta al paladar con la nariz. Si ese canal está bloqueado, como en casos de congestión nasal, esos aromas no pueden llegar a las células sensoriales de la nariz. Sin olfato, los alimentos suelen ser insípidos.
Cómo funciona el sentido del gusto
Es posible que usted haya oído hablar del mito de que diferentes “partes” de la lengua reconocen sabores específicos. De hecho, las células gustativas que reconocen cada una de las diferentes cualidades gustativas están dispersas por toda la lengua.
El sentido del gusto proviene de pequeñas moléculas liberadas al masticar, beber o digerir alimentos sólidos o líquidos. Estas moléculas activan las células gustativas en la boca y la garganta. Las agrupaciones de estas células se encuentran en las papilas gustativas de la lengua, en el paladar y en la membrana de la garganta.
El sabor es una combinación de calor, frescura, textura y cinco cualidades gustativas, que son dulce, ácido, amargo, salado y umami. El gusto umami o sabroso proviene del glutamato, que se encuentra en alimentos como la carne, ciertas clases de queso y el caldo de pollo.
Es posible que las personas que pierden la capacidad de degustar agreguen una cantidad excesiva o mínima de azúcar o de sal a la comida. Esto podría ser un problema para quienes necesitan manejar afecciones como la enfermedad del corazón, la diabetes o la hipertensión. Los trastornos del sentido del gusto también pueden debilitar o eliminar nuestra capacidad de detectar alimentos dañados.
Trastornos comunes del sentido del gusto
Algunos de los trastornos más comunes del sentido del gusto son:
• Hipogeusia. Reducción de la capacidad gustativa.
• Ageusia. Pérdida completa del gusto.
• Percepción fantasma del gusto. Un sabor persistente, a menudo desagradable, a pesar de no tener nada en la boca.
• Disgeusia. Un sabor fétido, salado, rancio o metálico en la boca. A veces, también ocurre disgeusia con el síndrome de quemazón de la boca, que causa una sensación dolorosa.
Causas
Algunas personas nacen con trastornos del sentido del gusto, pero la mayoría de esas afecciones se manifiestan después de una lesión o una enfermedad. Los problemas del gusto pueden ser causados por:
• Infecciones de las vías respiratorias superiores y del oído medio (incluso COVID-19, influenza o resfriado común).
• Falta de higiene bucodental y problemas dentales, así como dolor bucodental y problemas con la dentadura postiza.
• Sequedad de la boca.
• Extracción de la muela cordal (tercer molar).
• Cirugía de los oídos, la nariz y la garganta.
• Lesión de la cabeza.
• Ciertos medicamentos, incluso antibióticos y antihistamínicos.
• Radioterapia para el cáncer de la cabeza y del cuello.
• Tabaquismo.
• Exposición a sustancias químicas, como insecticidas.
¿Cómo se diagnostican los trastornos del gusto?
Un otorrinolaringólogo—un médico especializado en oídos, nariz y garganta—puede diagnosticar los trastornos del gusto. Ese médico le examinará los oídos, la nariz y la garganta y le hará preguntas sobre su historia clínica. Es posible que le recomiende un examen dental para determinar cómo está su salud bucodental.
Es importante obtener un diagnóstico preciso del trastorno del sentido del gusto. Una vez que sepa cuál es la causa, su proveedor de atención de salud puede elaborar un plan de tratamiento.
¿Cómo se tratan o se previenen los trastornos del sentido del gusto?
El tratamiento de un problema médico general a menudo puede restaurarle el sentido del gusto. Por ejemplo, si usted tiene un resfriado o alergias, probablemente mejorará su capacidad para degustar a medida que se sienta mejor. También podría recuperar el sentido del gusto espontáneamente. La higiene bucodental apropiada es importante para recobrar el sentido del gusto y mantenerlo en buen estado de funcionamiento. Si tiene problemas del sentido del gusto, también podría preparar los alimentos de una forma diferente.
• Prepare los alimentos con una variedad de colores y texturas.
• Evite agregar más azúcar o más sal a los alimentos; más bien, use hierbas aromáticas y condimentos picantes para reforzar el sabor.
• Si su régimen de alimentación se lo permite, agregue pequeñas cantidades de queso, pedacitos de tocineta, mantequilla, aceite de oliva o nueces tostadas a las verduras.
• Evite los platos combinados, como las cacerolas, en los que se dificulta distinguir los sabores individuales.
Si perdió el sentido del gusto a causa de un medicamento, la suspensión o el cambio de ese producto pueden resolver el problema. Sin embargo, no deje de tomar los medicamentos, a menos que se lo indique su proveedor de atención de salud.
A veces, es imposible tratar los trastornos del sentido del gusto. En esos casos raros, el asesoramiento puede ayudarle a adaptarse a esa situación.