¿Alguna vez se preguntó cómo podría ayudar a un amigo, familiar o compañero de trabajo que se siente abrumado por la ansiedad?
Hablamos con el Dr. David Sommers, del Instituto Nacional de Salud Mental de los NIH, para pedirle sugerencias de cómo acercarse y apoyar a una persona que necesita ayuda.
Recuerde que aunque es normal sentir un poco de ansiedad, si ésta interfiere con la vida diaria durante largos períodos, puede ser un problema serio.
Estas son algunas de las cosas que conviene tener en cuenta:
- Piense cómo acercarse a la persona: La manera en que nos dirigimos a un amigo o un compañero de trabajo es diferente de la manera en que conversamos con un cónyuge, un padre o un hijo. Considere el tipo de relación y qué método será más efectivo. ¿La persona será receptiva o se pondrá a la defensiva? El objetivo es que su acercamiento se reciba de buena manera.
- Haga preguntas: Empiece por averiguar cómo se siente. Es común que la persona responda “estoy bien”, dice el Dr. Sommers. Así que prepárese para lo que viene después. Puede preguntarle si está seguro porque usted ha notado que está poco comunicativo, agitado o que duerme mucho, por ejemplo.
- Escuche: A veces todo lo que su ser querido necesita es alguien que lo escuche. Evite interrumpir o tratar de hacer el papel de profesional de la salud. Sea consciente de su propio lenguaje corporal, escuche y trate de darle ánimo.
- Explíquele que sus sentimientos son normales: Todo el mundo ha experimentado algo de ansiedad. Dígale a su ser querido que usted también a veces ha sentido ansiedad y comprende lo difícil que puede ser. Es importante validar los sentimientos de la otra persona. Evite restarles importancia.
- Sugiera recursos: Prepárese para ofrecerle una lista de recursos a su ser querido. Esto puede incluir los nombres y números de teléfono de un médico, un terapeuta o una clínica de salud comunitaria, si es que la persona está lista para buscar ayuda profesional.
- Seguimiento: Esta es una parte importante, según el Dr. Sommers. Después de conversar, manténgase en contacto diariamente o cada dos días con su ser querido para ver cómo sigue. Pregúntele si ha llamado a algún profesional, y si aún no lo ha hecho, anímelo a que lo haga.