Unión de fuerzas para abordar el dolor facial
El dolor es la forma en que el cuerpo le dice a una persona que algo podría estar mal y es la razón más frecuente de la búsqueda de atención médica.
El dolor facial y oral (en la cara, la boca y la mandíbula) puede ser un síntoma de lesión, enfermedad o infección. Es una de las causas más comunes de las quejas de dolor, después del dolor del cuello, de la espalda y de la rodilla.
Los investigadores del Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial (NIDCR) querían explorar nuevas formas de tratar el dolor facial sin efectos secundarios indeseados. Dos equipos de investigación unieron fuerzas para aprender cómo los nervios de la cara envían y reciben información sobre el dolor. Un equipo estudia la biología de las sensaciones como el dolor y el otro tiene experiencia práctica en el estudio de imágenes de las células.
Captación en cámara
El Dr. Ashok B. Kulkarni, Ph.D., ha pasado años estudiando una proteína llamada cinasa 5 dependiente de ciclina (Cdk5). La Cdk5 interviene en el envío de señales de dolor en otras partes del cuerpo y el Dr. Kulkarni y su equipo querían entender el papel que desempeña en el dolor facial.
Para averiguarlo, expusieron parte de la cara de ratones de estudio a diferentes clases de estímulos: cepillado suave, pinchazos, calor y extracto de chile.
Una quemadura, una cortada o cualquier otro estímulo doloroso como el contacto con comida muy condimentada activa los receptores en las terminaciones nerviosas de la piel. Esto desencadena un flujo de calcio, que actúa como un mensaje que se transmite al cerebro. La técnica que emplearon―llamada “microscopia de fluorescencia”―permitió que el equipo de investigación observara lo sucedido en tiempo real a medida que cada célula de los nervios faciales de los ratones respondía a cada uno de los estímulos.
“Se puede ver que el calcio sube y que [parece] una ráfaga de luz”, explicó el Dr. Kenneth M. Yamada, M.D., Ph.D., un investigador distinguido de los NIH. El Dr. Yamada, quien es Jefe de la Sección de Biología Celular del NIDCR, tiene experiencia práctica en la biología del desarrollo.
La proteína aumenta la sensibilidad a los estímulos dolorosos y no dolorosos
Bajo el microscopio, el equipo vio que los ratones que tenían altas concentraciones de Cdk5 mostraban mayores niveles de aumento del calcio, lo cual indicaba que sus respuestas al dolor se intensificaban. No solo eso, sino que también eran más sensibles a todos los estímulos, no apenas a los dolorosos. Las células nerviosas respondieron de la misma manera al cepillado leve que al calor y al extracto de chile.
El Dr. Yamada explicó que esta mayor sensibilidad al dolor es similar a una afección llamada alodinia. La alodinia causa dolor en respuesta a algo que no es típicamente doloroso (como un toque leve). El equipo de investigación pudo aliviar las señales de dolor en los ratones súper sensibles al bloquear la Cdk5.
Implicaciones
La mayoría de los medicamentos para aliviar el dolor obran al interrumpir las señales de dolor entre el cerebro y el cuerpo o al cambiar la forma en que nuestro cerebro interpreta esas señales. Estos productos pueden causar efectos secundarios graves porque obran sobre varios tejidos y órganos del cuerpo. Por ejemplo, los narcóticos como los opioides se adhieren a ciertos receptores de las células cerebrales. Bloquean la sensación de dolor y aumentan la sensación de placer, lo cual puede ocasionar dependencia.
Un medicamento que obra directamente en las neuronas sensoriales de la cara en lugar de suprimir las señales de dolor en el cerebro podría ofrecer una forma más directa, eficaz y segura de tratar el dolor facial, afirmó el Dr. Yamada.
Sin embargo, el Dr. Kulkarni explicó que todavía falta mucho tiempo para que los científicos puedan empezar a pensar en investigar esas técnicas en animales de mayor tamaño y, a la larga, en seres humanos. Primero necesitarán descubrir otros compuestos que obren directamente sobre la Cdk5 y que pudieran ser de uso terapéutico. Uno de los colaboradores del equipo analiza actualmente varias opciones prometedoras. Con el tiempo, estos esfuerzos podrían llevar a encontrar tratamientos nuevos y más seguros para el dolor facial.